Las lágrimas de Borja Iglesias, sorprendido por su abuela en su presentación con el Celta: «Canto sufrín cando marchou»
GRADA DE RÍO
«Xogaba con el no corredor da casa e mandábame balonazos ás pernas», dijo Teresa, de 84 años, que tampoco pudo controlar la emoción al ver a su nieto de nuevo con la camiseta celeste
23 jul 2024 . Actualizado a las 15:32 h.«Imos coa sorpresa que lle temos prepara ao 'Panda'». Borja Iglesias mostraba ya su cara de sorpresa ante este anuncio. El jugador compostelano, que había pisado A Madroa por última vez como céltico en mayo del 2017, estaba disfrutando de su presentación como nuevo jugador del Celta cuando protagonizó un momento que no esperaba.
Y es que de repente, se vio como el futbolista se echó las manos a la cara con gestos de emoción. Unas lágrimas que respondían al momento en el que su abuela Teresa se disponía a pisar el césped. Limpiándose las lágrimas, el Panda se incorporó para recibir la visita más especial y fundirse en un cariñoso y largo abrazo con su abuela, que también estaba especialmente emocionada por ver a su pequeño de vuelta a Galicia tras su paso por el Betis o el Bayer Leverkusen.
Muy feliz, el delantero siguió enjugándose las lágrimas y besando y sonriendo a su abuela Teresa, con su Seat Panda de fondo, otra de las estrellas de la presentación. «É unha sorpresa bonita», dijo el futbolista entre risas y emoción.
«Eu estou encantada porque canto sufrín cando marchou...», explicó Teresa, de nuevo con la voz entrecortada. «É moi bo e para min foi boísimo. Foi e será», aseguró junto a un Borja Iglesias que añadió: «É a mellor presentación»
«Quéroos a todos, pero Borja é unha cousa especial», añadió sobre todos sus nietos, pero en especial sobre el ahora de nuevo céltico, que dejó el club en el 2017, cuando estaba en el filial y cuando ya había debutado con el primer equipo. «Xogaba con el no corredor da casa e mandábame balonazos ás pernas», dijo entre risas.
«Para min é como a miña nai porque, cando a miña irmá e máis eu eramos cativiños, practicamente a maioría do día pasabámolo coa miña avoa e co meu avó que xa non está, pero sentímolo moi presente sempre», dijo Borja Iglesias, con la ayuda de su abuela que añadió un sentido «gustaríalle verte».
Teresa, de 84 años, recordó entre risas varias anécdotas de cuando su nieto era aún un pequeño jugador, pero sobre todo, se mostró contenta por su regreso. «Levo moito rezado. Xa me dixeron, "Teresa, foi grazas ás túas oracións"», dijo despertando las carcajadas de los allí presentes.
El regreso
En este acto protocolario, el santiagués incidió en la idea de que siempre pensó en volver a la que considera su casa. «Hai uns cantos anos tiven que saír e durante todo este tempo, sempre pensei se tería a oportunidade de volver. Para min hoxe é un momento moi especial», comentó.
No ocultó que se predisposición al regreso fue total, pero desde el club también le dieron un empujón. Algunos, con nombre propio: Claudio Giráldez, Iago Aspas y Kevin Vázquez. «Eles intentárono con todo e oxalá vivamos unha tempada ilusionante, porque creo que o merecemos todos».
La presentación en A Madroa, que acabó con la firma de balones y con su primer baño de celtismo con los aficionados, fue la última estación en este lunes que comenzó con reconocimiento médico a primera hora de la mañana y que siguió con su primera visita a la ciudad deportiva de Mos, de la que dijo que se respiraba «a mesma esencia» de las viejas dependencias de Candeán.