Tuve a Damián Rodríguez en el Celta C Gran Peña hace dos temporadas, pero también lo había tenido ya un año en cadetes. Si alguien se merece esta renovación y llegar al primer equipo del Celta es él, porque es un chico ejemplar en todos los aspectos. Desde pequeño se le veía que era muy, muy listo técnica y tácticamente, y eso lo hacía ya entonces un futbolista diferente.
En su momento, la única duda que tuvimos con él en categorías inferiores, como pasa con tantos otros jugadores cuando dan el salto desde juveniles, era el físico, si le alcanzaría para poder jugar arriba. No es algo exclusivo de él, sin ir más lejos, pasaba también con Hugo Álvarez, Sotelo y otros compañeros de su misma generación, con prácticamente todos menos Miguel Rodríguez, que sí que se le veía ya mucho más desarrollado. Pero, llegado el momento, Damián ha acabado disipando todas esas dudas y demostrando de sobra que, con su inteligencia y su astucia en el juego, puede jugar en Primera.
La mayor cualidad que tenía y tiene es la visión de juego, sin ninguna duda. Sabe cuándo jugar rápido, cuándo jugar de un toque, de dos, cuándo jugar abierto, cuándo profundo... Creo que en eso, en el entendimiento del juego, es el mejor futbolista del Celta actualmente.
No me sorprende nada que Claudio haya apostado por él desde el primer día que subió al primer equipo. Lo conoce a la perfección y sabe muy bien lo que le puede dar. Es consciente de que es un jugador que lee bien el juego, aparte de un gran profesional que entrena muy bien en el día a día y es disciplinado. Tiene características que todo míster quiere.
Su rendimiento tampoco me sorprende porque se ha preparado para esto toda la vida. Vive para el fútbol y el Celta siempre ha sido importantísimo para él. Toda la vida ha estado ahí, como el resto de chicos que están subiendo, que son muy celtistas. Como entrenador, es un orgullo ver ahí a cualquiera de ellos, incluso que triunfen en otros clubes fuera. En el caso de Damián, es más que merecido.