Un ejercicio defensivo soberbio tras las expulsiones de Ilaix y Aspas hizo bueno el gol de Borja Iglesias
05 oct 2024 . Actualizado a las 20:54 h.El Celta firmó la victoria más épica jamás contada. Jugando 40 minutos con dos jugadores menos y resistiendo todos los envites del Las Palmas, que fue incapaz de perforar la portería de un Vicente Guaita que, con una actuación antológica, dejó por primera vez la portería celeste a cero, haciendo bueno el gol de Borja Iglesias un poco antes de la media hora tras una delicia de centro de Óscar Mingueza.
Pero el gran protagonista del partido fue el colegiado Cordero Vega, que en el margen de dos minutos dejó al Celta con nueve futbolistas. Lo hizo en modo pistolero: sacándole una amarilla a Ilaix Moriba en el 52 y una segunda en el 54, las dos más que dudosas. En la segunda cartulina de su compañero vio la primera el capitán Iago Aspas por protestar, idéntico motivo que la valió la segunda en el 55. Desde entonces, y hasta el 97, el Celta resistió con dos jugadores menos.
El equipo vigués se adaptó bien a los elementos y al partido. Como se temía, se encontró con 24 grados de temperatura y con un campo de minas pintado de verde. También con un par de sustos en el inicio del partido que solucionó Guaita. Porque los insulares pudieron lanzar dos contras al espacio y Essugo y Fabio Silva, los dos entrando por la derecha, hicieron trabajar al portero de Torrent, que envió los dos balones a córner con una manopla salvadora.
El Celta no tardó en asumir el mando del partido. Lo hizo con mucho balón y con dos bandas que demostraron su etiqueta de internacionales. Hugo Álvarez fue una pesadilla en la izquierda con continuos desbordes y aproximación al área, pero quien hizo daño de verdad fue Mingueza, con un arte tan dañino en defensa -los centros laterales- como efectivo en ataque. Un centro del catalán con remate al palo de Borja Iglesias y rechace de Willito Swedberg al fondo de la red terminó siendo anulado por el VAR. Según el fuera de juego semiautomático, la frente del compostelano invalidaba la jugada.
Pero tanto Borja como Mingueza insistieron por la misma vía y a los 27 minutos ni el VAR salvó al Las Palmas. Centro desde la derecha del internacional y sutil golpeó con el pie derecho del delantero de referencia para adelantar al Celta cuando estaba a punto de cumpirse la media hora de juego en el Estadio de Gran Canaria.
Con el marcador a favor, los de Giráldez dieron un paso atrás, el Las Palmas se hizo con el balón y envió un par de avisos. Un del luso Fabio Silva, con un pase al corazón del área sin rematador; y un centro cargado de veneno (raso y paralelo a la línea de gol) al que respondió Guaita con una buena estirada, pero llevándose la mano al hombro que retrasó su debut en la liga. A la contra, Borja Iglesias tuvo una muy clara para anotar el segundo, pero su remate (tras un robo de Swedberg) salió fuera por centímetros.
La segunda parte, que había comenzado con el Las Palmas instalado en campo contrario, saltó por los aires con la actuación de Cordero Vega. El árbitro expulsó por dos dobles amarillas -las cuatro, en el lapso de tres minutos- a Ilaix Moriba y a Iago Aspas. Claudio reaccionó desde el banquillo con tres cambios, dos de ellos ofensivos e incluso facilitaron un par de llegadas, en la misma jugada de Douvikas.
Pero lo que realmente funcionó fue la heroica defensa celeste. Ese entramado, siempre bajo sospecha, devolvió todos los balones como si fuera un frontón, que los insulares pusieron dentro del área, y a donde no llegó la multiplicación de los ocho jugadores de campo lo hizo Guaita con dos paradas antológicas, una a Campaña a saque de falta y a otra a Moleiro con un tiro envenenado. La última ocasión la salvó el palo, que se vistió de celeste en un cabezazo de Mata. Un triunfo de muchos quilates.