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El guineano firmó ante el Barcelona su mejor partido en el Celta y volvió a jugar 90 minutos año y medio después.
25 nov 2024 . Actualizado a las 20:47 h.El Celta cambió su política de fichajes del pasado verano: pocos, pero que den un salto de nivel al equipo. Esa premisa ya estaba confirmada con Marcos Alonso y Borja Iglesias, pero estaba pendiente una actuación redonda de Ilaix Moriba para cerrar el círculo. El guineano cedido por el Leipzig había dado destellos en sus comparecencias anteriores, pero frente al club en el que se formó, firmó su mejor actuación de celeste de largo. Seguramente la mejor en mucho tiempo. Devoró kilómetros, equilibró al equipo, tuvo incidencia con el balón y hasta se atrevió con un disparo envenenado a portería. Además de ser uno de los puñales que rompía el fuera de juego del Barcelona llegando desde la segunda línea.
«Cada año he intentado ser siempre el mismo niño que salió de la Masía», comentó Ilaix Moriba en su intervención en la televisión con derechos tras el partido con el Barcelona. En Vigo, da la impresión que el centrocampista ha encontrado el sitio ideal donde recuperar el nivel que tuvo en su día en el Barcelona y que llevó al conjunto alemán a pagar 16 millones, y seis en variables, por él. «Tuve la suerte de que Claudio (Giráldez) me llamó, me dijo que tenía un proyecto ambicioso, con una filosofía con la que me identifico y me encantó, no lo pensé dos veces. Vengo aquí a dar lo máximo y poder recuperar ese nivel que tenía», dijo sin tapujos.
Ilaix llegó con antelación al primer partido de liga y ya tuvo 25 minutos en el estreno ante el Alavés y en la tercera jornada, en Villarreal, fue titular por primera vez. Desde entonces, salió de inicio en cinco ocasiones más, la última el sábado compartiendo protagonismo en el doble pivote con Fran Beltrán, la combinación menos habitual pero que ante el líder funcionó muy bien.
Sus números
Ilaix Moriba entró en 50 ocasiones en contacto con el balón, tuvo un acierto en el pase por encima del 76 %, dio un pase clave, tuvo incidencia directa en la segunda amarilla a Marc Casadó y a punto estuvo de marcar su primer gol como céltico con una volea lejana que sacó a córner Iñaki Peña. «Tenía que finalizar la jugada», comentó con sinceridad el centrocampista, que también quiso poner de manifiesto la valentía del Celta para ir a buscar al Barcelona. «Claudio nos lo dijo al descanso y con el resultado en contra, teníamos que ir a por ellos con valor y recorrer la distancia que hiciera falta».
El hispanoguineano, por cierto, jugó su primer partido completo con el Celta, algo que tampoco sucedió la temporada pasada. El precedente más cercano lo protagonizó en Cádiz jugando con la camiseta del Valencia el 30 de abril del 2023. Quizás por eso motivo, y por el gran desgaste protagonizado, en el momento del saludo a la afición tras el encuentro apenas podía levantarse del césped. Necesitó de la ayuda de un compañero.
Su excelente actuación ante el Barça y contar con la confianza del entrenador debe ser el punto de partida para que Ilaix abandone un largo período de transición que le llevó de cesión en cesión, las dos primeras a las órdenes de Bordalás en el Valencia y en el Getafe y ahora, con Claudio Giráldez en el Celta. Quizás el de O Porriño le haga cambiar de idea con que el preparador azulón es quien más le ha marcado en el mundo del fútbol.
Por otra parte, su buena conexión con Fran Beltrán abre un nuevo escenario para el cuerpo técnico del Celta, que hasta la fecha siempre había alternado de inicio a los dos jugadores, que por norma combinaban con Damián o Hugo Sotelo. Ahora se amplía el abanico de posibilidades en la prolífica libreta de Claudio Giráldez.