Su inesperada escala constituye un serio revés para el Gobierno de París Alfred Sirven, ex-«número dos» de la multinacional francesa Elf y hombre clave en el escándalo de las malversaciones en la compañía petrolera, ingresó ayer en prisión preventiva en una cárcel de Fráncfort por orden de la Justicia alemana. El nuevo episodio en el rocambolesco caso Elf constituye un revés inesperado para el Gobierno de París, que había organizado de manera precipitada la repatriación desde Filipinas de Sirven, juzgado en rebeldía desde el pasado 22 de enero por un tribunal de París.
03 feb 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Este contratiempo demorará por lo menos una semana el regreso de Sirven a Francia, cuyo Gobierno había enviado a Alemania un avión militar para recogerle en su vuelo procedente de Filipinas, donde había sido detenido la víspera. Pero, ante los embotellamientos en la capital filipina, Francia optó por aprovechar el vuelo de la compañía alemana Lufthansa y preparar un transbordo a una aeronave militar gala en la zona internacional del aeropuerto de Fráncfort. Sin embargo, el aparato aterrizó poco antes de las seis de la mañana en la zona alemana. Una vez allí, la policía local, en estricta aplicación del procedimiento simplificado de extradición previsto por el tratado de Schengen, arrestó a Sirven para notificarle las órdenes internacionales de detención en su contra. El detenido aceptó la tramitación simplificada de su extradición lo que evitará un largo procedimiento de varios meses. Reacciones Las reacciones no se han hecho esperar en Francia. El abogado del ex-ministro Roland Dumas, uno de Los acusados en el caso Elf, calificó de «pasmosa y humillante» la situación creada por la escala en Alemania y denunció que «ciertas reglas internacionales las conocen hasta los juristas de tercero de carrera». Desairado por la metedura de pata, el Ministerio de Justicia francés alegó la necesidad de embarcar a Sirven con rapidez para evitar posibles recursos a la orden de expulsión de Filipinas y para garantizar su seguridad personal. Ahora prepara a toda prisa una demanda de extradición para acelerar la entrega del hombre más buscado de Francia con todas las garantías legales. Los tribunales alemanes estudiarán la reclamación la semana próxima. Pero es posible que algún juez aproveche para interrogar a Sirven sobre la posible financiación de la CDU con dinero negro de Elf. Financiación de la CDU Sirven es el presunto ordenante de los 7.500 millones de pesetas que Elf abonó a la CDU en 1992 a cambio de ventajas en la compra de la refinería de Leuna y de la red de gasolineras Minol. Ese dinero habría servido para financiar campañas electorales de la CDU durante la presidencia de Helmut Kohl, lo que provocó la dimisión del ex-canciller alemán.