El año judicial fue inaugurado ayer en Italia en un ambiente de tensión entre el Gobierno y los magistrados, que aprovecharon para protestar por la ley de reforma de la Justicia, aprobada en el Parlamento el 1 de diciembre, pero que el presidente Carlo Azeglio Ciampi se negó a ratificar al considerar que tiene apartados «plenamente anticonstitucionales». Las protestas se sucedieron en todas las ceremonias, a las que muchos magistrados acudieron con carteles y togas negras en señal de luto -otros no acudieron- para expresar su oposición a la política judicial del Ejecutivo. En Milán, los magistrados acudieron con copias de la Constitución italiana, para denunciar que la reforma impulsada por el Gobierno infringe la Carta Magna. El presidente de la Asociación Nacional de Magistrados, Edmondo Bruto Liberati, acusó al titular de Justicia, Roberto Castelli, del deterioro del sector. Éste participó en el acto de Palermo, donde sufrió el desplante de centenares de jueces que optaron por manifestarse frente al edificio. Entre los puntos más controvertidos del texto está la facultad del titular de Justicia de impugnar decisiones del Consejo Superior de la Magistratura.