Lucía Pinochet, detenida en Chile tras fracasar su intento de asilo en EE.UU.
INTERNACIONAL
Procesada por fraude fiscal, se encuentra retenida en el mismo recinto que Fujimori Abogados de derechos humanos denuncian trato de favor hacia la familia del ex dictador
28 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.«Bienvenida, la espero allá para que conversemos», fueron las palabras del juez Carlos Cerda a una atónita Lucía Pinochet, que no podía creer que el magistrado que la acusa de evadir más de 700.000 euros en impuestos subiera al avión para recibirla. En ese instante, la hija mayor del ex dictador respondía en el interior de la aeronave a las preguntas de un equipo chileno de televisión, que la había acompañado desde Buenos Aires. Nada más pisar el finger , la prófuga más esperada de Chile fue detenida e interrogada por el magistrado. Cerda le notificó el procesamiento por fraude fiscal y falsificación de pasaporte, y posteriormente fue recluida en la Escuela de Gendarmería, recinto que hasta ayer sólo albergaba a un preso, el ex presidente peruano Alberto Fujimori. Lucía Pinochet fue expulsada la madrugada del sábado de Washington hacia la capital argentina, después de que la hija del general retirara su petición de asilo político en EE.UU. Hasta allí había volado el miércoles procedente de Argentina, adonde huyó para evitar el procesamiento por delitos tributarios que Cerda dictó el lunes para el resto de su familia. El regreso desde Buenos Aires a Santiago fue una decisión voluntaria de Lucía Pinochet, ya que cuando voló a Washington todavía no pesaba sobre ella una orden de detención internacional, de manera que ayer podía haber pedido su ingreso en el país y forzar un proceso de extradición. Sin embargo no fue así, y la hija mayor del general, aconsejada por su abogado, puso punto final a su huida. Uniforme de presa Antes de descender del avión, Lucía Pinochet, insistió ante los periodistas en que su familia es objeto de una persecución política y dijo que «es tanto lo que se dice aquí en Chile que prefiero, aunque me duela, venir a dar la cara». La prófuga negó las acusaciones de fraude fiscal y dijo que lo pasó «bastante mal» durante los dos días que estuvo en la cárcel en EE.UU., donde fue esposada y vestida con el uniforme que usan todas las presas. El Tribunal de Apelaciones de Santiago decidirá mañana si concede la libertad bajo fianza a Lucía Pinochet, como sucedió con su madre y sus hermanos, o si debe permanecer en prisión tras su huida, tal y como piden los acusadores. Varios abogados de derechos humanos denunciaron el trato de favor que, a su parecer, está recibiendo la familia Pinochet. Uno de estos letrados, Héctor Salazar, calificó las peripecias de la hija del ex dictador de «triste espectáculo, penoso, patético», y bautizó a los Pinochet como «la familia de los dedos largos». La llegada a la Escuela de Gendarmería de Lucía Pinochet se produjo en un furgón policial. En la calle, un pequeño grupo de mujeres partidarias de la dictadura se manifestaban con pancartas y fotos. Una de ellas acusaba al Gobierno de persecución política y decía con vehemencia que al ex dictador «ya sólo falta que lo acusen de pedófilo».