Un país a cien años de elecciones libres

Bill Smith

INTERNACIONAL

16 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Solo en contadas ocasiones, y de forma indirecta, el Partido Comunista chino (PCCh) responde al clamor de disidentes, activistas por los derechos humanos y gobiernos occidentales por una reforma democrática. Ayer señaló su compromiso de celebrar elecciones locales, de una mayor apertura del Gobierno y de democratizar el partido, al tiempo que pide al pueblo que esté unido detrás de la «modernización socialista» liderada por el partido y que espere la democracia... por unos 100 años.

«La reforma democrática debe tomar en cuenta a 1.300 millones de personas y la situación nacional de China. No se puede ir demasiado rápido, porque en ese caso [la reforma] podría tener consecuencias negativas sobre nuestra sociedad», explica Yang Fengcheng, de la Universidad del Pueblo en Pekín.

«Existe la voluntad común de acelerar una reforma democrática dentro del partido. Esto podría impulsar la reforma democrática de toda la sociedad», agrega Yang.

Los medios estatales elogiaron que el jefe del Estado y del partido, Hu Jintao, utilizara ayer la palabra «democracia» en más de 60 ocasiones en su discurso.

A pesar de las promesas de expandir la democracia y la transparencia en el partido, Hu no mencionó una reforma democrática de mayor alcance.

La ideología clave del ex líder Deng Xiaoping, consagrada en la constitución, se basa en «sostener el liderazgo del partido y mantenerse en la vía socialista, evitando una liberalización burguesa y un giro al capitalismo».

Líderes comunistas han sugerido que la fase de «modernización socialista» -y, por lo tanto, la ausencia de una democracia multipartidista- durará al menos 100 años. El primer ministro Wen Jiabao opina que la democracia no puede implementarse a corto plazo porque el desarrollo económico del país debe preceder a la reforma política.