Cuando Romano Prodi pensaba que se había librado de una nueva crisis de Gobierno tras la dimisión de su ministro de Justicia, Clemente Mastella, este anunciaba ayer por sorpresa que su partido, el democristiano Udeur, le retiraba su apoyo. Si hace pocos días había confirmado lo contrario, ahora el ex ministro -que dimitió la pasada semana después de que su mujer fuese arrestada bajo la acusación de corrupción, en un caso en el que él también está siendo investigado- parece haber dado marcha atrás.
Además, Mastella amenazó que en caso de presentarse una moción de confianza al Gobierno, su partido votaría en contra, ya que «la experiencia de este centroizquierda ha terminado», y se mostró a favor de convocar elecciones anticipadas.
Los tres senadores del Udeur son cruciales para mantener la mayoría gubernamental. Mañana será la primera prueba de fuego, en una moción de confianza en el Senado contra el ministro de Medio Ambiente por la crisis de la basura de Nápoles.
Ante la situación que ahora se presenta, Prodi se apresuró a convocar una reunión con su formación, el Partido Democrático, para estudiar con los suyos qué camino seguir: aguantar algunos días más o tirar la toalla.
El cambio de postura lo atribuyó Mastella a la «falta de solidaridad de amigos y aliados», en clara alusión a su compañero en el Gobierno. Una excusa. Lo que teme es que su pequeño partido desaparezca del Parlamento con la próxima reforma de la ley electoral. Unas elecciones anticipadas suponen para el líder de la Udeur la supervivencia, volver a las urnas con las mismas reglas.