Aunque el primer escollo lo ha superado, el jefe del Gobierno italiano, Romano Prodi, podría presentar su dimisión antes del voto de confianza de hoy en el Senado, donde cada vez son mayores las dificultades que tiene para conseguir una mayoría que lo respalde.
En la Cámara de Diputados las cosas fueron como se esperaba. Aún con la decisión tomada por los diputados del Udeur, el partido del ex ministro y ex aliado Clemente Mastella, de no participar en la votación, el Gobierno recibió 326 votos a favor, veinticinco más de los necesarios, y 275 en contra.
Será en el Senado donde Prodi se la jugará. Hasta ahora, las noticias no son halagüeñas, ya que en su propia coalición comienzan las deserciones. A los tres senadores del Udeur se han unido algunos de otras pequeñas formaciones del Grupo Mixto, que hasta ahora siempre habían apoyado al Profesore . El más crítico es Lamberto Dini, quien ha anunciado que él y Giuseppe Scalera, su compañero de partido, el Liberal Demócrata, no votarán a favor de Romano Prodi.
El tercer integrante del grupo, Natale D'Amico, si lo hará. Otro senador con el que no podrá contar el Ejecutivo es Domenico Fisichella, tránsfuga de El Olivo, el partido del jefe de Gobierno.
Así, las cuentas no le salen a Prodi, ya que serían otros tres los votos perdidos en la Cámara alta en las últimas horas, y ya suman seis. Tendría entonces que apoyarse en los senadores vitalicios. Cinco de ellos, los ex presidentes Carlo Azeglio Ciampi y Pier Luigi Sacalfaro, así como Rita Levi Montalcini, Emilio Colombo y Giulio Andreotti le han asegurado su apoyo, mientras Francesco Cossiga no ha querido decantarse.
Políticamente incorrecto
Si técnicamente los votos de los senadores vitalicios cuentan igual que el resto, políticamente no es lo mismo, ya que no son escaños elegidos por los ciudadanos por lo que, aún pasando la moción de confianza, el Gobierno saldría muy tocado de la crisis.
La situación actual podría obligar a Romano Prodi a tomar una decisión radical antes de la sesión en el Senado, convocada para esta tarde: presentar su dimisión.
Durante una reunión sorpresa ayer por la mañana con el presidente del país, Giorgio Napolitano, este le sugirió tal hipótesis, ya que es de los que considera que los votos de los senadores vitalicios no deberían de ser decisivos en las mociones de confianza.
Sin embargo, los ministros Emma Bonino y Barbara Pollastrini aseguraron, tras una reunión del Gobierno, que «Prodi está convencido de continuar adelante». La ministra Rosy Bindi dijo que ayer sucedió «algo nuevo», sin querer aclarar si se refería a la posible ausencia de los diputados del Udeur de la votación.
Si la confianza a Prodi fuera rechazada en el Senado provocaría una difícil situación, ya que la Constitución italiana prevé la dimisión del jefe del Gobierno si no consigue el apoyo de ambas Cámaras, pero no contempla si el apoyo es de solo una. La decisión quedaría en manos del presidente del país. Entre las hipótesis que se barajan destaca la formación de un Gobierno técnico que lleve adelante la urgente reforma de la ley electoral. El defensor de esta idea es Lamberto Dini, que ya ha presidido alguno de esos Ejecutivos.
La oposición de Silvio Berlusconi insiste en que se adelanten las elecciones, ya que las encuestas de opinión sitúan a su coalición conservadora muy por encima en intención de voto.