Francia se perfila como el país organizador de la respuesta política a la represión de China en el Tíbet. Nicolás Sarkozy ha sido el primer jefe de Estado occidental en apuntar la posibilidad de un boicot a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Y en agosto, él presidirá la Unión Europea.
«Todas las opciones están abiertas, pero llamo a la responsabilidad de los dirigentes chinos», aseguró el presidente galo, cuando se le preguntó ayer sobre un eventual boicot a los Juegos de Pekín. No precisó si hablaba de un boicot a la ceremonia de apertura o a la totalidad del evento deportivo. El Elíseo puntualizó después que se refería a la eventualidad de no asistir a la inauguración.
El lunes, Sarkozy envió un mensaje a su homólogo chino, Hu Jintao, animándole «al fin de la violencia mediante el diálogo en el Tíbet». Medirá su respuesta «en función de la que den las autoridades chinas».
Un comunicado del palacio del Elíseo precisaba poco después el deseo de Sarkozy de ofrecer «la disponibilidad de Francia» para facilitar «la reanudación del diálogo». Esta oferta de mediación la habría insinuado ya el presidente de la República en su viaje a Pekín del pasado noviembre. El problema es el rechazo total de las autoridades chinas a cualquier tipo de contacto con el Dalái Lama. La diplomacia estadounidense intenta también propiciar ese diálogo como parte de una «política más sostenible» en la región.
La representación del Tíbet en Francia anunció ayer que el líder budista estará en París entre el 15 y el 20 de agosto, en plena celebración de los Juegos. El primer ministro británico, Gordon Brown, está dispuesto a recibirle en Londres; la alemana Angela Merkel, que se reunió con él en septiembre, ha decidido congelar las negociaciones con Pekín sobre ayudas al desarrollo. Por el contrario, la Casa Blanca reafirmó que George W. Bush estará en Pekín.
El próximo Consejo de Ministros de Exteriores de la UE que se celebrará el viernes en Lituania intentará llegar a una posición común entre los Veintisiete, lo mejor teniendo en cuenta la conveniencia de unas buenas relaciones «con ese gran país», según el jefe de la diplomacia gala, Bernard Kouchner.
Ante la Asamblea Nacional, Kouchner insistió en que «Francia está en contra del boicot a los Juegos aunque «esa represión es insoportable». Un diputado de la derecha gobernante le llamó «colaboracionista».
Amnistía, en contra
Tampoco quiere el boicot Amnistía Internacional, que forma parte del Colectivo China J.O. 2008, que el año pasado crearon en París una decena de asociaciones. Entre ellas está Reporteros Sin Fronteras (RSF), que se ha desmarcado y sí pide que los políticos no asistan al acto de inauguración. Su secretario general, Robert Ménard, anunció desde Olimpia nuevas acciones de protesta contra la falta de respeto a los derechos humanos en China y «no sólo en el Tíbet». Los tres fueron puestos en libertad tras nueve horas en comisaría. Les puede caer un año de prisión por insultar los símbolos griegos por desplegar el lunes una pancarta en el encendido de la antorcha.