El conflicto caucásico aceleró el sí de Varsovia

Jacek Lepiarz

INTERNACIONAL

16 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

A diferencia de la vecina República Checa, Polonia ha vacilado bastante antes de dar su aprobación al escudo antimisiles que EE.?UU. quiere instalar en el corazón de Europa.

Con cada vez nuevas exigencias en forma de más ayuda militar estadounidense y garantías políticas como contrapartida, el Gobierno proeuropeo de Donald Tusk daba la impresión de que quería ganar tiempo y que, de aceptar, lo haría después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Pero justo en mitad de la sangrienta crisis en Georgia, Polonia, muy inquieta por la actuación rusa en el Cáucaso, dio sorpresivamente el «sí, quiero» a Estados Unidos.

Este ex satélite comunista de Moscú asumió así el riesgo de incrementar la ira de Rusia. El emplazamiento elegido para la futura base de misiles interceptores puede sonar a revancha de la guerra fría. Se trata de Redzikowo, un pueblo situado apenas a 200 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado desde el cual las baterías soviéticas apuntaban sus misiles hacia Occidente.

«Será la primera instalación militar estadounidense en el antiguo bloque comunista», subrayó Beata Gorka Winters, analista del Instituto de Relaciones Internacionales polaco. La presencia norteamericana será más importante teniendo en cuenta que Washington aceptó la demanda polaca de instalar una batería de misiles Patriot bajo mando del Pentágono. «EE.?UU. tuvo un pretexto para decirse que no hacía falta tener tantas deferencias hacia Rusia e inquietarse por su hostilidad al proyecto, si luego Rusia se comportaba de esa manera en Georgia», según el analista militar Wojciech Luczak.