En correspondencia, el presidente francés apoya la candidatura de Río para organizar las olimpiadas del 2016
08 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, acordaron ayer una alianza estratégica con la firma en Brasilia de un histórico acuerdo militar que permitirá al gigante sudamericano erigirse en la primera potencia naval de América Latina. En una transacción estimada en 8.500 millones de euros, Francia suministrará a Brasil cuatro submarinos convencionales y 50 helicópteros militares de carga. Se comprometió además a transferir tecnología para la construcción conjunta de un submarino a propulsión nuclear, más silencioso y veloz, lo que hará de Brasil el primer país del cono sur en tener este tipo de arma.
Además, Lula anunció que su país abrió una negociación con la empresa francesa Dassault, fabricante de los aviones caza Rafale, para adquirir 36 naves de combate. El proceso de compra, en el que participaban también empresas de Estados Unidos y Suecia con aviones similares, estaba en la fase final de la competencia. Pero tras la firma del acuerdo con Francia, Brasil confirmó que se decantó por Dassault. La adquisición equivale a otros cuatro billones de euros y supondrá que Brasil pueda fabricar las naves y también venderlas en América Latina.
Con estos acuerdos, Francia consolida su relación preferencial con Brasil en América Latina y Brasil avanza en la renovación de equipos para su fuerza aérea y la naval en momentos en que necesita tener bajo control una vasta zona del Atlántico que aloja millonarias reservas de petróleo y gas, y plataformas de extracción. Las nuevas armas permitirán a Brasil patrullar sus mares con la mayor fuerza naval de la región, equipada con submarinos, fragatas, navíos livianos, corbetas, y también misiles de largo alcance, torpedos, aviones y helicópteros.
Los anuncios se hicieron tras la participación de ambos países en el desfile realizado en Brasilia en conmemoración de la Independencia. Nunca antes un presidente extranjero había sido convidado a este acto y Sarkozy, que esta vez viajó sin su esposa, Carla Bruni, fue un «invitado de honor». «Hemos consolidado definitivamente la asociación estratégica», dijo Lula.
El acuerdo de compra de armamento podría haber sido concretado con otros países oferentes, pero tal como explicó el asesor de Lula para asuntos internacionales, Marco Aurelio García, Brasil privilegió la asociación con un país dispuesto a transferir parte del conocimiento y compartir la producción incorporando insumos fabricados en Sudamérica.
Pero no solo Brasil será quien compre. Sarkozy le manifestó a Lula «la intención de Francia de adquirir una decena de unidades de la futura aeronave de transporte militar KC-390», un proyecto desarrollado por la constructora aeronáutica brasileña Embraer y la fuerza aérea brasileña. A mayores, Francia respaldará la candidatura de Río de Janeiro para acoger los Juegos Olímpicos del 2016. Sarkozy defendió un reequilibrio del voto en el FMI para dar más participación a Brasil, defendió la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU para que este país tenga asiento permanente y pidió ampliar el G-8 para que entre Brasil.