Disminuye la participación en las protestas contra la reforma de las pensiones en Francia

Esperanza Suárez PARÍS/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Los dos sindicatos mayoritarios insisten en que mantendrán la unidad de acción

07 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La protesta se desinfla en Francia. La octava jornada de movilizaciones convocada por los sindicatos contra la reforma de las pensiones ha contado con menos de un tercio de manifestantes que el récord de tres millones y medio alcanzado el 19 de octubre, cuando los estudiantes se lanzaron a la calle y las refinerías permanecían bloqueadas.

Ayer, los jóvenes se quedaron en casa y a nadie preocupaba ya la penuria de combustible. Las centrales afirman que los franceses que salieron ayer a las calles superaron el millón doscientos mil y el Gobierno reduce la cifra a 375.000. No se produjeron incidentes ni enfrentamientos con la policía.

Pero «el descontento persiste» y los sindicatos no están dispuestos a retroceder, aunque la división es ya evidente en un frente hasta ahora unido. Mañana volverán a reunirse para decidir qué continuación dar a un movimiento de protesta que se ha debilitado tras la aprobación parlamentaria de la ley que retrasa la edad de jubilación en dos años. Fuerza Obrera calificó el resultado de la convocatoria de ayer como «un cierto desastre» de organización sindical.

Discrepancias sindicales

Dos centrales, UNAS y CFCT, estiman que es hora de pasar a otro tipo de acción y proponen a la intersindical que imagine otro tipo de respuestas a la política de Nicolas Sarkozy. Se cuestionan sobre todo la pertinencia de una nueva convocatoria de protesta a finales de este mes, tal y como decidieron el jueves los responsables sindicales.

Pero los dos grandes no se rinden. La CGT irá «hasta el final», según recalcó ayer su secretario general, Bernad Thibault, en la cabecera de la manifestación de París. Junto a él, el líder de la CFDT, François Chérèque, refirmaba su voluntad de mantener la unidad de acción y participar en una nueva jornada de protesta, porque aunque la reforma de las pensiones esté aprobada persisten las consecuencias de la crisis.

Los socialistas presentaron esta semana un recurso ante el Consejo Constitucional. La secretaria general, Martine Aubry, participó ayer en la concentración de Lîlle, entre las más concurridas de las más de 200 convocadas. Acusó a Sarkozy de «gobernar Francia contra los franceses» e insistió en que incluso después de promulgada, «la ley de reforma de las pensiones sigue siendo injusta».