Los noruegos empiezan a enterrar a sus muertos siete días después

P. H. deshayes OSLO / AFP

INTERNACIONAL

El ultraderechista no pudo llevar a cabo otros dos atentados con bomba

30 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Justo una semana después de la matanza, Noruega empezó a enterrar a las víctimas del extremista Anders Behring Breivik, que ayer prestó declaración por segunda vez ante la policía.Según declaró su abogado, Geir Lippestad, al diario Aftenposten, el extremista tenía planes más amplios que los que pudo llevar a cabo. «Ocurrieron cosas en las que no puedo entrar y, como consecuencia, todo se desarrolló de forma diferente a lo que él había imaginado», dijo el letrado, que señaló entre esos planes frustrados la colocación de bombas en otros dos edificios.

Mientras en Oslo tenía lugar un desfile incesante de rostros compungidos pero serenos de ciudadanos que depositaban flores, velas y mensajes por las víctimas al cumplirse una semana de la masacre, centenares de personas se congregaban en una iglesia de Nesodden, un municipio situado en la orilla del fiordo de Oslo, para despedir a Bano Rashid, una chica de 18 años de origen kurdo que estaba en la isla de Utøya.

La adolescente llegó en 1996 a Noruega huyendo de Irak con su familia en busca de seguridad. Según los medios de comunicación, deseaba estudiar Derecho y convertirse en diputada. «Bano había entendido los ideales de la democracia y sabía que el futuro de Noruega también dependía de ella», dijo en su honor el jefe de la diplomacia noruega, Jonas Gahr Stoere.

Nuevo cómputo

El primer entierro de víctimas (el nuevo cómputo difundido ayer las eleva a 77) coincidió con el anuncio de que Breivik empezará a ser examinado a partir de la próxima semana por dos psiquiatras que deberán concluir «de aquí al 1 de noviembre» si puede ser juzgado. El autor confeso de los hechos, que se encuentra en prisión preventiva en una cárcel de máxima seguridad, fue interrogado por segunda vez en la sede de la policía en Oslo, adonde llegó en un vehículo blindado con las ventanas cubiertas por plásticos para ser protegido de los objetivos de las cámaras.

Según la policía, no se esperaba obtener ningún elemento nuevo durante el interrogatorio, principalmente técnico. Para los investigadores, es cada vez más evidente que el ultraderechista actuó solo, tal y como afirma, pese a haber citado la existencia de «otras dos células en Noruega» y de «varias células en el extranjero».

«Hasta ahora, no tenemos ninguna información o indicación de que haya tenido cómplices o de que haya otras células en Europa», afirmó la directora del Servicio de Seguridad de la Policía.

Es una tesis que concuerda con la expuesta por el jefe de los servicios secretos de Alemania, que aseguró a la prensa de su país que no existe una red internacional de terroristas de extrema derecha. «No tenemos indicios según los cuales se esté desarrollando un movimiento militante que vaya más allá de las fronteras o incluso un terrorismo de extrema derecha internacional», dijo.

En una entrevista con el diario New York Times, el británico Paul Ray, a quien Breivik ve como su «mentor», denunció los crímenes, que calificó como «realmente diabólicos».