La presión se vuelve contra Santorum para continuar en la carrera electoral

V. t. nueva york / corresponsal

INTERNACIONAL

07 mar 2012 . Actualizado a las 06:58 h.

Mientras Barack Obama atraía hacia él los focos que en principio iban a estar dirigidos al supermartes, este se celebraba en diez estados de Estados Unidos con votaciones para las primarias republicanas y, al revés de lo que había ocurrido hasta ayer, la presión se volvió hacia Rick Santorum.

Y es que si para Mitt Romney era importante el supermartes, para Santorum era vital porque podía significar el fin de su intento por llegar a la nominación a la Casa Blanca.

Tras unas semanas en las que le plantó cara a Romney y pareció ir ganando posibilidades, en los últimos días, las cuatro victorias consecutivas del exgobernador de Massachussets le otorgaron a este un fuerte impulso frente a Santorum.

Una idea de cómo estaba la situación de tensa ayer entre los candidatos la daban los apelativos con los que los diferentes medios de comunicación catalogaban al supermartes de este año: «Lucha fratricida», «la batalla del supermartes» o «guerra sin cuartel».

Pero sorprendentemente las declaraciones de los votantes a la salida de los colegios electorales tenían, en muchos casos, el denominador común de la duda de que el elegido por cada uno fuera a ser capaz de derrotar a Obama en las presidenciales de noviembre. Y muchos de los votantes republicanos se quejaban de las durísimas acusaciones que los candidatos se han lanzado entre ellos.

En cualquier caso, y al mismo tiempo que los votantes de diez estados se acercaban a las urnas, la última encuesta sobre intención de voto nacional para las presidenciales del 6 de noviembre situaba claramente a la cabeza a Mitt Romney con un 38,7 %, seguido por Santorum con un 26 %, Newt Gingrich con el 14,7 % y, en último lugar, Ron Paul con el 12,3 %.