Obama se reúne con Hollande para hablar de la crisis y de Afganistán
INTERNACIONAL
El presidente de EE.UU. y su homólogo francés mantendrán «discusiones abiertas» sobre la situación política en Grecia y la evolución del debate económico en Europa
19 may 2012 . Actualizado a las 00:45 h.Los presidentes de EE.UU. y de Francia sellaron en una reunión ayer en la Casa Blanca su alianza para presionar a favor del crecimiento en Europa y en contra de la austeridad que exige la canciller Angela Merkel, durante la cumbre del Grupo de los Ocho que se inició anoche en Camp Davis.
En su primer cara a cara, que duró algo menos de una hora en el Despacho Oval, Barack Obama y François Hollande hablaron de la crisis del euro, la situación de Grecia y cómo salir de ello. «Ambos tenemos la convicción de que Grecia debe permanecer dentro del euro», dijo el francés en su comparecencia junto a su par estadounidense, antes de insistir en que «el crecimiento debe ser una prioridad». Tras insistir en la importancia de las relaciones entre Washington y París, Obama aseguró que mantendrá «una discusión fructífera con los otros líderes del G-8 sobre cómo podemos lograr una respuesta responsable a la consolidación fiscal que vaya acompañada de una fuerte agenda de crecimiento».
De cara a las presidenciales
Obama ha defendido la necesidad de unir medidas de estímulo del crecimiento a la austeridad presupuestaria en Europa. Pero su posición no es fácil; por una parte la Casa Blanca insiste en que la crisis de la eurozona es un asunto europeo que debe resolver Europa, pero, a la vez, defiende que para salir de la crisis hay que poner en marcha medidas de crecimiento, lo mismo que opinan Hollande y el primer ministro italiano, Mario Monti, contra las tesis de Merkel. Pero además, Obama tiene un interés personal en la solución de la crisis europea. Mientras la crisis siga, la economía estadounidense no podrá despegar, y si no comienza a crecer, las perspectivas electorales del demócrata de cara a las elecciones de noviembre se complican.
La necesidad de evitar un derrumbe económico en Europa que arrastre a EE.UU. es lo que ha llevado a Obama a apoyar a Hollande en su presión a Merkel. Pero sintonía no quiere decir coincidencia total, y las diferencias quedaron claras sobre Afganistán. Hollande reiteró que Francia adelantará la retirada de tropas a finales del 2012, dos años antes de la fecha prevista. Una decisión que en Washington no gusta. Hollande aseguró que su país apoyará los esfuerzos en Afganistán de «forma diferente», pero no aclaró en qué consistirá ese apoyo.
Pero la cumbre del G-8 tenía más puntos en su agenda. Lo más importante eran la situación nuclear iraní y la represión de las revueltas en Siria. La posición de Rusia es fundamental para conseguir acuerdos en ambos asuntos, pero su primer ministro, Vladimir Putin, es el gran e inesperado ausente de la reunión.
Putin achacó a las consultas que está realizando para formar Gobierno como la razón que le impedía viajar a EE.UU., pero lo que refleja su ausencia es la actual tensión entre Washington y Moscú, provocada principalmente por el proyecto del escudo antimisiles estadounidense para Europa.
El futuro de la OTAN
Los líderes reunidos en Camp Davis comenzaron la reunión de anoche con una cena de trabajo en la que trataron estos asuntos de seguridad internacional. Durante la jornada de hoy, el tema será la crisis de la eurozona. Una cuestión que van a poder seguir debatiendo durante todo el fin de semana, ya que mañana acudirán a Chicago a la cumbre de la OTAN, donde está en juego no solo el futuro de Afganistán, sino también el de la Alianza.