Asegura que el crecimiento, la estabilidad financiera y la consolidación fiscal deben formar parte de un plan integral que todos deben aplicar
20 may 2012 . Actualizado a las 03:48 h.El G8 fijó como «imperativo» para la salida de la crisis la promoción del crecimiento y la creación de empleo como acompañantes de la consolidación fiscal, a la par que subrayó su interés por que Grecia siga dentro de la eurozona, si bien llamó a Atenas a respetar sus obligaciones con la moneda única. «Coincidimos en la importancia para la estabilidad y recuperación globales de una zona euro fuerte y cohesionada y afirmamos nuestro interés en que Grecia permanezca en la eurozona a la par que cumple sus compromisos», dijeron los líderes del G8 reunidos en Camp David, Estados Unidos, al término de sus primeras sesiones de trabajo, centradas en la economía en general y en la crisis de la eurozona en particular.
Un mensaje que también especificaron posteriormente en sus comparecencias individuales. «Todos los miembros del G8 quieren que Grecia siga en la eurozona», aseguró la canciller alemana, Angela Merkel, en declaraciones en medio de las deliberaciones en la residencia de descanso presidencial estadounidense. «El deseo es que Grecia siga en la zona euro», coincidió el presidente francés, François Hollande.
Pero mientras Merkel recordaba que la condición para ello es que Atenas cumpla con sus obligaciones -«Eso lo han dicho todos aquí», aseguró-, su colega galo apostillaba que también Europa debe seguir «acompañando» al país heleno «para estimular su crecimiento». Una palabra ésta, crecimiento, que Hollande lleva repitiendo de forma insistente desde su llegada el viernes a Estados Unidos para reunirse primero en privado con Obama -que también aboga por incluir este elemento en la receta de la salida de la crisis- y partipar luego en el G8 y en la posterior cumbre de la OTAN en Chicago.
Y que, por fin, vio incluida de forma destacada en el comunicado oficial del G8 sobre su visión de cómo debe mejorarse la coyuntura global y la europea muy en particular. En su declaración conjunta, los jefes de Estado y de gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, calificaron en este sentido como «imperativo» el «promover el crecimiento y los empleos».
«Nos comprometemos a dar todos los pasos necesarios para reforzar y revigorizar nuestras economías y para combatir las tensiones financieras», agregaron.
«No habrá crecimiento sin confianza y no habrá confianza sin crecimiento», subrayó posteriormente Hollande en rueda de prensa en Camp David. «Obama quería que el crecimiento fuera mencionado como una forma de dar confianza a la opinión pública y los mercados», señaló. «Considero que este G8 ha sido útil, fructífero y nos ha permitido enviar un doble mensaje de confianza y de crecimiento», valoró.
Pero inmediatamente después, Merkel puntualizaba que el crecimiento debe ir de la mano también de la austeridad. «El mensaje es que la consolidación y el crecimiento son las dos caras de la misma moneda», resumió Merkel. «Estuvimos completamente de acuerdo en que necesitamos las dos cosas», agregó. Y es que sobre todo con la llegada de Hollande al Elíseo esta misma semana, Merkel ha visto cómo aumentaban los cuestionamientos tanto en el resto de Europa como incluso en la misma Alemania a su priorización de la austeridad y la tijera.
Muestra de que en el G8 no se han logrado superar todas las diferencias es, de nuevo, el comunicado conjunto sobre la economía, donde los mandatarios admitieron implícitamente las diversas posiciones al destacar su «reconocimiento de que las medidas adecuadas no son las mismas para cada uno» de los miembros del G8.
En este sentido, dijeron «saludar» la actual discusión en Europa «sobre cómo generar crecimiento, a la par que se mantiene un compromiso firme para implementar la consolidación fiscal sobre una base estructural». «A todos nos interesa el éxito de las medidas específicas para reforzar la resistencia de la eurozona y el crecimiento en Europa», aseveraron y enviaron un mensaje de «apoyo» en este sentido a los líderes de la eurozona en sus esfuerzos para «resolver las tensiones en la eurozona de forma creíble y rápida y de manera que impulse la confianza, la estabilidad y el crecimiento».
La posición de Obama
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado este sábado que los líderes del G-8 quieren que tanto el crecimiento y la estabilidad financiera como la consolidación fiscal formen parte de un plan integral que todos deben aplicar. «Estamos absolutamente comprometidos con garantizar que tanto el crecimiento y la estabilidad como la consolidación fiscal formen parte de un plan global que todos nosotros debemos impulsar» para generar la prosperidad, dijo Obama al inicio de la segunda jornada de la cumbre.
Sentado junto a los jefes de Estado y de Gobierno de Canadá, Japón, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia en la residencia de descanso presidencial en las montañas Catoctin, Obama dijo que tras la cena del viernes, que duró hasta la medianoche y que versó sobre la crisis en Siria, el desafío nuclear iraní, las provocaciones de Corea del Norte y la agenda de reformas de Birmania, hoy la crisis europea centrará la primera sesión del G8.
Las breves declaraciones de Obama sobre la crisis de la eurozona serán confirmadas en una declaración conjunta de los líderes que pondrá de relieve que las posturas sobre la estrategia a seguir para reactivar la renqueante economía europea y mundial ya no son demasiado divergentes entre todos los dirigentes, y no sólo europeos.
Los líderes de las siete economías más desarrolladas y Rusia abordarán también los últimos acontecimientos en Oriente Medio y el norte de África, y Obama dijo que pedirá al resto de dirigentes que mantengan el escuerzo económico para apoyar a Afganistán tras la retirada de las tropas en el 2014.