Varios de ellos ocupan puestos de responsabilidad en la Libia actual
07 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.EE.UU. «torturó», bajo el Gobierno de George W. Bush, a opositores del líder libio, Muamar el Gadafi, y los transfirió a su custodia, denuncia un informe divulgado ayer por la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW). El documento describe lo ocurrido a 14 opositores del dictador cuando este iniciaba una etapa de «acercamiento» con las autoridades de EE.UU. y el Reino Unido.
«Es mucho lo que desconocemos de lo que pasó en las cárceles clandestinas de la CIA pero este informe revela que muchos de los abusos fueron más allá de lo que Estados Unidos había autorizado», dijo Laura Pitter, asesora de asuntos antiterroristas de HRW y autora del informe. «Aunque la tortura de estos opositores ocurrió durante el mandato de Bush, el asunto podría formar parte del legado de Obama si su Administración no investiga los abusos y envía un mensaje de que eso no ocurrirá más», advirtió.
El informe fue elaborado tras entrevistas que Pitter realizó a 14 opositores de Gadafi ahora en libertad y con documentos hallados por azar, algunos nunca antes publicados, en las oficinas del exjefe de inteligencia libio Musa Kusa cuando los insurgentes capturaron Trípoli.
Poco después de los atentados de 2001, EE.UU., con la ayuda de otros Gobiernos, arrestó y mantuvo bajo su custodia, sin cargos formales, a varios miembros del Grupo de Combate Islámico Libio (LIFG, en inglés) en el exterior y luego los entregó al Gobierno de Gadafi. De los 14 detenidos, 10 fueron entregados en el primer año de ese «acercamiento» de Gadafi a Occidente, según Pitter.
Los documentos incluyen un intercambio de comunicaciones sobre los detenidos entre los servicios de inteligencia de EE.UU., el Reino Unido y Libia, y establecen que varios pertenecían al LIFG, que durante 20 años intentó derrocar a Gadafi y que estuvo en la mira de la CIA desde el 11-S, en parte porque Gadafi había argumentado que tenía vínculos con Al Qaida.
Muchos miembros del LIFG se sumaron en 2011 a las fuerzas rebeldes contra Gadafi, apoyadas por la OTAN, y algunos de los presuntos torturados y entregados a Libia ahora ostentan «cargos de liderazgo y política clave» en ese país, indicó HRW.
Cinco de los exmiembros del LIFG denunciaron «graves abusos», incluyendo el uso de la «asfixia simulada», en dos cárceles de EE.UU. en Afganistán, probablemente operadas por la CIA. Los exdetenidos también reportaron que fueron encadenados a paredes, algunas veces desnudos o solo en pañales, en celdas completamente oscuras y sin ventanas durante «semanas o meses»; colgados de las manos, o golpeados y tirados con fuerza contra la pared, y sometidos a un encierro durante casi cinco meses sin poder bañarse.
Jalid al-Sharif, detenido en una de las dos cárceles presuntamente operadas por la CIA en Afganistán, afirmó que fue sometido a interrogatorios durante tres meses, «cada día con un tipo de tortura diferente». Ahora es titular de la Guardia Nacional Libia y encargado de la seguridad en cárceles que albergan a detenidos de «alto valor» para el Gobierno libio.