Diez estados clave decidirán la disputa entre las dos candidaturas
15 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.En tiempos de crisis económica, los ajustes se multiplican. Excepto en lo que atañe a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que van camino de reventar de largo el récord establecido hace cuatro años en cuanto a recaudación se refiere. Si en el 2008 la campaña demócrata empleó unos 760 millones de dólares en hacerse con los poco más de 69 millones de votos que permitieron a Barack Obama doblegar a su adversario, John McCain, lo que representa algo más de diez dólares por voto, en este 2012 ambos partidos podrían rondar la cifra de mil millones de dólares invertidos en defensa de sus candidatos.
Alcanzar el Despacho Oval cuesta mucho dinero y para lograrlo los candidatos no escatiman esfuerzos, convirtiendo la lucha por las contribuciones en elemento central de sus actividades. Hasta el mes de agosto, los republicanos habían logrado recaudar 784 millones de dólares, por los 779 millones de dólares que habían conseguido amasar los demócratas.
Pero más allá de las cifras totales, la verdadera diferencia entre estas dos maquinarias recaudatorias se establece en la procedencia de los fondos. Mientras el 37,3 % del dinero recaudado por la campaña de Obama hasta finales de agosto procedía de pequeñas contribuciones, en el caso de la de Romney este porcentaje bajaba hasta el 16,6 %.
Entre las principales organizaciones que habían contribuido a la campaña de Obama figuraban la Universidad de California, Microsoft, Google y la Universidad de Harvard. Por su parte, Romney se beneficia de la generosidad de Goldman Sachs, que ha entregado casi un millón de dólares a su campaña, Bank of America, JP Morgan Chase y Morgan Stanley.
Ambos candidatos están concentrando sus esfuerzos en la recta final de la campaña en diez estados clave, con Ohio a la cabeza. Y es que en el sistema electoral de Estados Unidos, la presidencia no se determina por quien recibe el mayor número de votos en todo el país, sino por quien captura el mayor número de votos individuales asignados a cada estado.
Obama ha hecho 15 viajes a Ohio este año, mientras que Romney pasó la mayor parte de la segunda semana de octubre en el estado del Medio Oeste, prolongando incluso su estancia.
Los otros swing states (estados pendulares, que cambian su color político y por eso son determinantes) son Colorado, Florida, Iowa, Carolina del Norte, New Hampshire, Nevada, Virginia y Wisconsin, además de Pensilvania, un tradicional campo de batalla.
Ningún republicano ganó la presidencia sin haber ganado también en Ohio y ningún candidato en general lo consiguió desde John F. Kennedy en 1960. El estado, de 11,5 millones de habitantes es un microcosmos del país, con una mezcla de zonas urbanas y rurales, de industria y agricultura, que lo convierte en un sitio muy particular para la política estadounidense.