La nueva ley de prensa fractura la coalición de Cameron y acerca a Clegg a los laboristas
INTERNACIONAL
Tras meses intentando llegar a un acuerdo con los liberal demócratas y los laboristas para regular los abusos de la prensa, David Cameron ha dejado plantado a los líderes de ambos partidos por falta de entendimiento. El carpetazo a las negociaciones provoca un cisma en el Gobierno de coalición británico y estimula una alianza entre liberales y opositores laboristas.
Tras el escándalo de las escuchas ilegales en el desaparecido News of the World, Cameron ordenó a un juez que elaborase un informe con el objetivo de determinar los pasos a seguir para acabar con los abusos de la prensa. El informe Leveson apuntaba a la necesidad de crear una ley para regular los desfases cometidos por los periodistas, que en muchos casos intervinieron teléfonos y pagaron a policías y funcionarios.
Desde entonces la batalla entre tabloides y víctimas de las escuchas ilegales ha salpicado al Gobierno y, en especial, al primer ministro. Pese a las recomendaciones del informe, Cameron, en defensa de la libertad de expresión, se niega a regular a la prensa a través de una ley y propone en cambio un órgano aprobado por decreto real, algo que tanto el viceprimer ministro, Nick Clegg, y el líder laborista, Ed Miliband, consideran insuficiente.
«Claramente estoy en total desacuerdo con Cameron», dijo Clegg. Miliband, por su parte, tachó la postura de Cameron de «error histórico» y insiste en que trabajará con Clegg para ofrecer una solución que favorezca a las víctimas. Ambos presentarán un plan conjunto para promover un órgano regulador.
Cameron llevará el lunes a los Comunes su propuesta sin el apoyo del resto de partidos. La maniobra le puede salir cara, ya que ha provocado un acercamiento entre sus rivales para las próximas elecciones. Sin embargo el premier cuenta con un importante aliado, ya que la prensa está de su lado.