El alcalde de Florencia critica a su jefe de filas Bersani y pide elecciones

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Acusa a la dirección de la organización de haber bloqueado su elección como gran elector en representación de la región Toscana

11 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las diferencias entre el secretario del Partido Democrático italiano, Pier Luigi Bersani, y el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, se hacen cada día más grandes, lo que podría llevar a una escisión en el partido. La tensión, que ya se sentía desde hace días, explotó ayer cuando Renzi acusó a la dirección de la organización de haber bloqueado su elección como gran elector en representación de la región Toscana en la votación del presidente de la República.

«El stop llegó de Roma», dijo el alcalde de Florencia. Añadió que le habría gustado representar a su región. «Algunos me habían dicho: va adelante, tranquilo, te votaremos, pero después llegó una llamada de Roma para hacer lo contrario», aseguró.

Bersani se apresuró a desmentirlo y aseguró que «es una elección que afecta solo al consejo regional de Toscana».

Cada región presenta tres grandes electores que participan con los parlamentarios en la elección del presidente de la República. Esos representantes son elegidos por la asamblea regional de entre los propuestos por cada grupo parlamentario. En Toscana se eligió al presidente de la región, Enrico Rossi, y al del consejo regional, Alberto Monaci, ambos del PD, mientras el tercero es Roberto Benedetti, del Pueblo de la Libertad y vicepresidente de la asamblea regional.

Renzi volvió a insistir en nuevos comicios. «Espero que se vaya a elecciones lo antes posible», afirmó. En ese caso, él será candidato del PD, aunque de momento ni lo niega ni lo confirma. «Veremos lo que ocurrirá, por ahora estoy fuera del juego de la política romana», dijo.

Por otra parte, la ocupación el martes del Parlamento por el Movimiento 5 Estrellas, en protesta por el bloqueo a la formación de las comisiones permanentes, terminó antes de lo previsto. El motivo, evitar «el derroche de energía» que suponía mantener el Parlamento abierto hasta altas horas. Así depusieron su actitud antes de medianoche.