El jefe de Gobierno dimite 14 días después de jurar el cargo en medio de graves problemas económicos y políticos
21 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Tan solo catorce días después de haber jurado el cargo, Rami Hamdala presentaba ayer su renuncia como jefe de Gobierno palestino. Es el segundo primer ministro que tira la toalla en menos de un mes por desavenencias con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.
Palestina se instala en la crisis política en un período de creciente pérdida de credibilidad de la cúpula dirigente, una crisis económica que ha sacado a miles de palestinos a la calle y en un delicado momento en el que Estados Unidos busca reactivar las negociaciones de paz con Israel y prosiguen los contactos para la reconciliación entre Al Fatah, partido de Abás, y los islamistas de Hamás.
Minutos después de que Hamdala abandonara ayer su oficina en Ramala, una delegación del presidente le visitaba en su casa de Anabta para hablar de lo sucedido. Quedaba claro que Abás no iba a recibir la renuncia sin más, tras lo que convocó a Hamdela a una reunión anoche para instarle a retirar la dimisión.
El respetado profesor, rector durante 14 años de la Universidad A-Nayah de la ciudad de Nablús, estaba desde el día 6 a cargo de un Gobierno de transición hasta agosto, mes en el que Al Fatah y Hamás deberían haber alcanzado un acuerdo, sobre el que divergen en los términos para formar un gobierno de unidad y celebrar elecciones legislativas y presidenciales.
Desavenencias
Los palestinos apoyaron su talante y sus gestos, como el de ser el primer dirigente en renunciar a la protección israelí en la Cisjordania ocupada. Hamdala sucedía en el puesto a Salam Fayad, que había dimitido en abril por desavenencias con Abás. En esta ocasión, la imposición de dos viceministros por parte del presidente parece haber sido el punto de fricción. Según la oficina del primer ministro, la renuncia tiene su origen en los «ataques al poder» del jefe del Gobierno.
El portavoz de Hamás, Fawzi Barhoum, tomó parte de la polémica renuncia y declaró que la dimisión evidencia que los «movimientos individuales siguen siendo débiles e inviables».
Para Jamal Hasán, director del centro de investigación Alpha Internacional en Ramala, la renuncia era esperada aunque no su inmediatez. «Los líderes de Al Fatah tienen una agenda, centrada en temas políticos y no en los internos, como los económicos o la corrupción, que chocan con las aspiraciones del primer ministro en hacer reformas gubernamentales».