Relanza Forza Italia de cara a un posible adelanto electoral en otoño
20 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La vuelta de las vacaciones en Italia promete aguas revueltas en la política con un Silvio Berlusconi que ha pasado el peor verano de su vida acosado por la posibilidad de verse obligado a dejar la política de forma activa tras su condena a 4 años de prisión. «No me doy por vencido», anunciaba ayer Il Cavaliere a través de un mensaje en una red social. Está dispuesto a «resistir» porque, explicó, «sigo siendo yo el jefe del centro derecha». «Serviré hasta el final el interés del país y de los italianos», dijo y animó a los suyos a seguir «adelante con coraje». Toda una anticipación de los eslogans que propondrá en la campaña electoral que para Berlusconi ya ha empezado. Quiere lanzar de nuevo Forza Italia, el partido con el que saltó a la arena política, y para ello durante la pasada semana, la más importante del verano con millones de italianos de vacaciones, aviones con anuncios sobrevolaron las principales playas de la península como anticipo del otoño caliente.
La próxima batalla
Berlusconi está dispuesto a todo con tal de no perder su escaño en el Senado, y aunque ya ha anunciado que no pedirá el indulto, la ofensiva para continuar en política no descansa. La bomba puede estallar el 9 de septiembre, que es cuando la junta para las elecciones en el Senado se reunirá para votar si le retira el cargo de senador. En caso de que así sea, no solo presentarían su dimisión los ministros de Pueblo de la Libertad (PdL), provocando una crisis de Gobierno, sino que el propio Berlusconi pronunciaría un duro discurso atacando a los jueces «rojos». Así lo aseguraba ayer el periódico La Stampa que hablaba de un Berlusconi convencido de poder ganar unas nuevas elecciones.
Desde el PdL se intenta presionar para que el Partido Democrático (PD) no vote a favor del retiro del escaño y por ello cada vez son mayores las amenazas de una crisis de Gobierno. Ayer fue el ex presidente del Senado, Renato Schifani, quien aseguró que para mantener el apoyo al Gobierno de Enrico Letta es imprescindible el voto negativo del PD, «sino no se puede caminar juntos». Además entre los dirigentes del PdL existe un malestar contra el presidente de la República, Giorgio Napolitano, del que esperaban alguna señal positiva que salvase a Berlusconi como era la concesión del indulto.