Recurre a la colaboración ciudadana y al análisis de su ADN y de sus huellas dactilares
20 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La policía francesa intensificó ayer la persecución del pistolero sospechoso de haber disparado el lunes en las sedes del diario Libération y del banco Societé Générale, recurriendo a la colaboración ciudadana y al análisis de su ADN y de sus huellas dactilares. Los investigadores tomaron declaración a más de 400 personas que podrían aportar pistas sobre el asaltante que, tras amenazar el viernes a varios empleados de BFM TV, el lunes hirió de gravedad a un fotógrafo en las oficinas de Libération. El joven, de 23 años, recibió dos disparos de escopeta en el tórax y en el abdomen y tuvo que ser sometido a una operación urgente de seis horas. «Ya ha salido del coma inducido en el que se encontraba y está despierto», comentó el director de la redacción del diario, Fabrice Rousselot.
Tras disparar contra las ventanas del banco Societé Générale, secuestró a un automovilista y lo obligó a llevarlo a los Campos Elíseos. Le dijo que acababa de salir de prisión, que tenía una granada en la bolsa y que estaba «dispuesto a todo». El testimonio de este conductor y los restos de ADN que dejó en el coche y en cartuchos son las piezas claves de la investigación, que aún no ha dado frutos.
La policía, que ayer difundió una nueva foto del pistolero, busca a un varón blanco de entre 35 y 45 años y entre 1,70 y 1,80 metros de altura, con pelo corto y algunas canas. Durante los tiroteos, llevaba gafas, chaleco y una gorra, aunque ayer la imagen obtenida por una de las 13.500 cámaras de seguridad de París, en la que su rostro se distingue con más nitidez, muestra a un hombre con un abrigo rojo, un jersey azul de pico, un gorro marrón y una bolsa.
La foto fue tomada en una estación de metro donde se vio al presunto autor de los ataques por última vez. Muy cerca de ese lugar, la policía detuvo ayer a un hombre que respondía a la descripción del sospechoso, pero lo dejó en libertad al comprobar el error.