Compañeros en Afganistán del sargento canjeado por cinco talibanes dicen en las redes sociales que pudo haber desertado
03 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Los republicanos no comparten la alegría de la Casa Blanca por el canje del sargento Bowe Bergdahl por cinco talibanes presos en Guantánamo, un asunto turbio desde que el soldado desapareció, ya que se ha puesto en duda que haya sido secuestrado, sino que pudo haber desertado. Los conservadores critican tanto que el canje se haya hecho sin el preceptivo aviso al Congreso como el hecho mismo de liberar presos de Guantánamo, que debe notificarse con 30 días de antelación.
El secretario de Defensa, Chuck Hagel, explicó que todo debió hacerse con celeridad porque, según la información de inteligencia que llegó al Pentágono la semana pasada, el deterioro de la salud de Bergdahl provocó una «urgencia apremiante» que la ley contempla como eximente de la notificación.
En cuanto a las críticas por la liberación de los talibanes, han sido varios los republicanos que se han hecho oír. Ted Cruz aseguró el domingo que la Casa Blanca «ha enviado un mensaje muy peligroso» a los terroristas, que podrían dedicarse ahora a secuestrar estadounidenses, «tanto militares como civiles», para intercambiarlos por prisioneros. El senador John McCain añadió que los talibanes liberados por EE.UU. «podrían volver otra vez a la lucha armada».
Secuestro o deserción
La secuestro de Bergdahl por los talibanes hace cinco años es un asunto rodeado de sombras. Parece que el soldado, que entonces tenía 23 años, pudo desertar, ya que antes de desaparecer había abandonado su puesto. Además, se sabe que había escrito a sus padres para decirles que no estaba contento en el ejército y que incluso sentía vergüenza por ser estadounidense.
El jefe del Pentágono ha evitado contestar a esta cuestión y solo ha dicho que «la prioridad es asegurar su recuperación». Y algunos de los camaradas del soldado en Afganistán han escrito en las redes sociales que Bergdahl no es un héroe, sino un desertor.
El soldado será trasladado esta semana desde Alemania hasta un centro médico militar de San Antonio (Tejas). Aún no se sabe si afrontará un consejo de guerra a causa de la deserción, un delito penado hasta con cinco años de prisión. Pero los expertos en derecho militar creen que lo más probable es que en este caso el soldado no sea juzgado, ya que se considera que los cinco años que ha pasado como prisionero de guerra son suficiente castigo.