España da un paso atrás, a pesar de que Arias Cañete consigue la cartera de Clima y Energía

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El nombramiento fue insuficiente para satisfacer las demandas españolas

11 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

España evitó ayer el mayor de los desastres al que parecía abocada en los últimos días cuando se filtró la intención de Juncker de otorgar al candidato español a comisario, Miguel Arias Cañete, la poco influyente cartera de Investigación y Ciencia. Contra todo pronóstico, el luxemburgués decidió situarlo al frente de Acción por el Clima y Energía, una cartera notable dentro del nuevo organigrama del Ejecutivo comunitario pero insuficiente para satisfacer las demandas españolas.

El Gobierno aspiraba a una cartera de mayor rango e influencia, de perfil más económico y comercial. Incluso situar a Cañete en uno de las seis vicepresidencias. Pero no pudieron alcanzar ninguno de los dos objetivos.

Esta situación aboca a España a una pérdida de peso político en la Unión Europea sin precedentes tras más de dos décadas copando cargos influyentes en la Comisión. Sus predecesores llevaron las riendas de Economía y Competencia con los socialistas Pedro Solbes y Joaquín Almunia a la cabeza. El panorama aún es más negro si se tiene en cuenta que España perdió en julio un puesto clave en la ejecutiva del Banco Central Europeo (BCE) y la ansiada silla de la presidencia del Eurogrupo se ha complicado para el ministro de Economía, Luis de Guindos.

La silla de comisario todavía no está asegurada. Cañete deberá pasar bajo la lupa de la Eurocámara, que evaluará su candidatura. Pintan bastos a la luz de las primeras reacciones de los eurodiputados. Los socialdemócratas y los verdes amenazaron ayer con vetarla al considerar que no es apto para el cargo: «Parece una broma de mal gusto que el candidato de un partido negacionista con el cambio climático y de un Gobierno advertido por la Comisión Europea por los recortes en materia de energía renovable sea el que vaya a dirigir esta cartera», indicó la eurodiputada socialista Iratxe García.

Otras de las críticas que se vierten sobre el exministro de Agricultura es su vinculación a la industria petrolera, lo que puede dar lugar a un conflicto de intereses. Concretamente por disponer de más de 165.120 euros en acciones de la compañía Petrolífera Ducar. «No se puede poner la política energética en manos de alguien que tiene intereses personales. El zorro a cuidar del gallinero», se quejó el eurodiputado de los Verdes, Ernest Urtasun.

También corre en su contra su polémico debate con la socialista Elena Valenciano. Sus palabras sobre que no hacía gala de su «superioridad moral» para no ser tachado de machista no han pasado desapercibidas en Bruselas.