La Eurocámara baraja más cambios en el equipo de comisarios de Juncker

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La eslovena Alenka Bratusek arrastra escándalos de corrupción en su país.
La eslovena Alenka Bratusek arrastra escándalos de corrupción en su país. emmanuel DUNAND < / span>afp< / span>

La lista de rehenes políticos crece, mientras los grupos buscan una tregua

08 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El Parlamento Europeo sigue atascado en las negociaciones para poner nombres y apellidos definitivos a las carteras de la nueva Comisión Europea después de concluir ayer las audiciones de los aspirantes a comisarios. Las pobres intervenciones de algunos aspirantes, las incoherencias a la hora de otorgarles competencias y las peleas entre sus grupos políticos han convertido la Eurocámara en un tablero de ajedrez donde cualquier movimiento insignificante puede hacer caer en bloque al equipo propuesto por el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean Claude Juncker.

El luxemburgués ya sabe que deberá hacer cambios en torno a la figura del húngaro Tibor Navracsics si quiere que el Parlamento apruebe a su equipo el próximo 22 de octubre. La Comisión de Cultura votó en contra de su candidatura para la cartera que aúna Educación, Juventud, Cultura y Ciudadanía. Exigen que se le retiren las competencias en este último campo por su historial como ex ministro de Justicia en el Gobierno de Viktor Orbán, acusado de recortar derechos y libertades civiles.

Pero el de Navracsics no será el único remiendo que propondrá el Parlamento a Juncker. A falta de saber cómo terminarán las escaramuzas entre socialdemócratas y conservadores a costa del candidato español para la cartera de Clima y Energía, Arias Cañete, la Eurocámara podría exigir hoy nuevos cambios y más grandes. En el punto de mira está la liberal eslovena Elenka Bratusek, aspirante a la vicepresidencia de Unión Energética. Todo apunta a que caerá definitivamente del cartel por lo que puede haber movimientos en el organigrama del Ejecutivo comunitario. Su comparecencia fue de las más flojas que se recuerdan. Fue incapaz de articular una respuesta convincente a cuestiones tan sencillas como el reparto de trabajo y representación entre ella y Arias Cañete, al que debería supervisar. También arrastra escándalos que investiga la Comisión anticorrupción de su país. Además, según Europa Press, se autodesignó como comisaria cuando era primera ministra en funciones tras haber perdido las elecciones frente a una coalición de centro izquierda.

La cuarentena impuesta por los socialdemócratas al candidato Cañete llevó a los conservadores a tomar como rehén al aspirante a la cartera de Economía, el socialista Pierre Moscovici. Ayer le tocó el turno del popular finlandés Jyrki Katainen. Su evaluación no se hará hasta que los progresistas se aseguren de que Moscovici sale adelante.

Lo que hoy decidan las Comisiones de Medioambiente e Industria sobre Cañete será vital para saber cuál es el destino de los tres: O bien bajan las armas y llegan a un acuerdo o caerán todos como un castillo de naipes obligando a Juncker a reconstruir su equipo.