La Comisión Europea considera que no es compatible con el acuerdo de febrero
19 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Un hecho consumado más, un nuevo brote de tensión, en vísperas de la minicumbre de hoy en Bruselas entre el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y los principales dirigentes de la eurozona, Jean-Claude Juncker, Donald Tusk, Jeroen Dijsselbloem, Mario Draghi, Angela Merkel y François Hollande. El Parlamento griego aprobó ayer por abrumadora mayoría un paquete de ayudas de 200 millones de euros para la población más necesitada, no sin fuerte polémica, ya que el Gobierno no consultó previamente con los representantes de los acreedores.
Las ayudas consisten en bonos de comida para 300.000 personas, suministro eléctrico gratis para las personas que carecen de recursos y ayudas para la vivienda de hasta 220 euros mensuales para unas 30.000 familias. Mañana se aprobará además una amnistía fiscal que tiene por fin declarado aumentar la liquidez de las arcas estatales y que, en la práctica, ampliará el número de contribuyentes que pueden pagar sus deudas con Hacienda en cien plazos, sin hacer frente a los intereses ni a las sanciones correspondientes.
«Apoyamos a los débiles y necesitados», explicó el primer ministro griego, Alexis Tsipras, que cumplía de este modo una de sus promesas electorales. El jefe de Syriza criticó con dureza a los representantes de la troika y se preguntó en medio de una ovación del Parlamento: «¿Quién tiene el valor y el derecho de enviar una carta que condena a miles de griegos a helarse de frío?»
Aludía de este modo a una información publicada horas antes y según la cual la Comisión Europea habría intentado imponer un veto a la aprobación de las medidas por entender que son unilaterales, que no estaban pactadas con los acreedores y que no responden a lo estipulado en el acuerdo del pasado 20 de febrero.
La reacción, inusualmente dura de Atenas, obligó a comparecer al comisario de Asuntos Económicos y Financieros. Moscovici, que no descartó la salida del euro de Grecia, aseguró que «no mantendremos a Grecia dentro [de la moneda única] a cualquier precio, sino bajo condiciones estrictas que sean aceptables por todas las partes». A su juicio, un «elemento central» del acuerdo de febrero es que «las autoridades griegas tienen que trabajar de forma constructiva con las instituciones, lo que implica que tiene que haber consultas sobre nuevas medidas», afirmó.
Cumbre
Tsipras anunció que durante la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la UE, que arranca hoy en Bruselas, volverá a presentar la situación de Grecia y promoverá una solución política. Según dijo, no puede ser que los expertos digan a los políticos elegidos en las urnas cómo deben actuar. «A partir de ahora los políticos hablarán con políticos y los tecnócratas con tecnócratas», añadió.
Por el momento sigue sin estar claro el formato en el que se conversará sobre Grecia. Fuentes diplomáticas europeas apuntaron que la reunión está planeada para la noche de hoy, una vez concluyan las conversaciones oficiales. También confirmaron que participará el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, se mostró escéptico. Si se tiene en cuenta la «tragedia» en la colaboración con las instituciones de la UE en Atenas, resultará difícil encontrar una solución, algo que no cambiarán todas las reuniones posibles. «Grecia tiene cada vez menos tiempo», advirtió Schäuble. Juncker se mostró por su parte insatisfecho e inquieto con la situación. «Sigo estando preocupado», dijo tras reunirse con el primer ministro francés, Manuel Valls. «Me gustaría que tanto unos como otros volvieran a moderarse», advirtió.