El príncipe Carlos pierde la batalla de las cartas

Íñigo Gurruchaga LONDRES / COLPISA, AFP

INTERNACIONAL

Ron Sachs / POOL | EFE

El Tribunal Supremo ordena que se den a conocer 27 escritos que el heredero británico dirigió al ministro de Medio Ambiente

27 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ministerio británico de Medio Ambiente tendrá que publicar 27 cartas que el príncipe Carlos envió al ministro entre septiembre del 2005 y abril del 2007, después de que el Tribunal Supremo fallara ayer contra la decisión del Gobierno de no dar a conocer su contenido. Un golpe al heredero y al Ejecutivo, que ha mantenido un pleito con el diario The Guardian en sucesivos tribunales durante una década.

Según el periodista Rob Evans, la saga comenzó cuando el director de su periódico le envió un correo electrónico, en abril del 2005, pidiéndole que averiguase si la Ley de Acceso a la Información (FOI), introducida por el Gobierno de Tony Blair cinco años antes, permitiría acceder a las célebres cartas de araña negra (así llamadas por la caligrafía del príncipe) que el heredero remite a miembros del Ejecutivo

Medio Ambiente rechazó la petición. A partir de ahí, sucesivos jueces han visto el caso; en el Tribunal Superior, que decidió que no; en el de Apelación, que dijo que sí; y finalmente en el Supremo, que confirma ahora la publicación. Cinco de los siete jueces de este último tribunal fallaron a favor del rotativo, que buscaba esclarecer la posible influencia del príncipe Carlos en el Gobierno, pese a que como futuro monarca debe mantenerse neutral en asuntos políticos.

La Casa Real publicó un comunicado en el mostró su «decepción porque no se haya respetado el principio de privacidad» del príncipe. David Cameron se declaró «decepcionado» y sus portavoces dijeron que el próximo Parlamento estudiará una reforma de la ley para reforzar la confidencialidad de las comunicaciones de la monarquía.

El príncipe entrometido

El heredero al trono no ha ocultado que le gustaría ser más activo políticamente que su madre Isabel II, que hizo de la neutralidad su principal valor, pero eso le ha valido acusaciones de bombardear a los ministros con quejas, críticas y sugerencias. Su última biografía, Carlos: el corazón de un rey, de Catherine Mayer, aparecida en febrero, ya puso el foco en este tema. Según el libro, el príncipe siente como propia la misión de salvar al planeta y a la monarquía, y rechaza renunciar a sus convicciones en temas como el medio ambiente, los alimentos ecológicos o la inserción de los jóvenes pobres.

El director de The Guardian, Alan Rusbridger, celebró el fallo tras 10 años de campaña. «Es un buen día para la transparencia en el Gobierno», explicó, aunque criticó que el Gabinete «ha gastado cientos de miles de libras en tratar de ocultar estas cartas».