Condena las sanciones de la UE a Moscú y abre el sector energético de su país a las empresas rusas
01 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La desesperación del primer ministro griego Alexis Tsipras ante el bloqueo al que acreedores y socios europeos han sometido a su Gobierno en las últimas semanas lo llevó ayer a escenificar su enfado de la manera que más irrita a la Unión Europea, con un respaldo a Rusia.
La amistad reciente que mantienen Atenas y Moscú subió ayer en intensidad después de que Tsipras anunciara que Grecia ha abierto una nueva «primavera» en su relación con Rusia, a la que la UE mantiene en cuarentena tras la invasión del este de Ucrania. Ambos países trabajan en acuerdos de cooperación en materia de energía y agricultura. Las finanzas griegas podrían tomarse un pequeño respiro si Rusia accede a rebajarle el precio del gas y el levantamiento del embargo a sus productos agrícolas. «Sería un gesto humanitario muy positivo», aseguró el ministro heleno de Energía, Panayotis Lafazanis.
El desafío griego no quedó ahí. En una maniobra para poner contra las cuerdas a sus socios europeos, el líder de Syriza criticó abiertamente la imposición de sanciones acordadas por los 28 Estados miembro y el anterior Gobierno heleno. «No estamos de acuerdo con las sanciones. Son un callejón sin salida», aseguró. El respaldo de Grecia para avanzar en este terreno es crucial. Cualquier acuerdo para apretar las tuercas al Kremlin exige unanimidad en el Consejo.
Rusia se deja querer. Está dispuesta a lanzar el salvavidas que la maltrecha economía griega necesita mientras se negocia el paquete de reformas que Atenas deberá poner en marcha para abrir el grifo de la financiación europea. El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, aseguró que están preparados para estudiar una eventual ayuda a Grecia. Asirse al brazo del Gobierno de Putin tendrá, sin embargo, un precio. Tsipras será un aliado fiel de Rusia en la UE y deberá obstaculizar cualquier acuerdo futuro sobre sanciones.
Otra muestra de la buena sintonía entre ambos países se vivió ayer en Moscú donde Lafazanis se reunió con su homólogo Alexander Novak y el presidente de Gazprom, Alexéi Miller. El ministro heleno, líder del sector más izquierdista de Syriza, anunció que varias empresas rusas optarán a las licencias para explorar reservas de gas y petróleo griegas. «Vamos a impulsar las relaciones con Rusia en estos tiempos de crisis en Europa», manifestó antes de desacreditar a la UE en su esfuerzo por reducir su dependencia energética de Moscú. «No hay alternativas al gas ruso».
Desde Bruselas, las autoridades intentan llamar a la calma y recuerdan a Tsipras que el tiempo se agota y «la pelota está en su campo». Según Efe, las instituciones internacionales que forman parte del conocido como «Grupo de Bruselas» y Grecia interrumpieron sus negociaciones en torno a la lista de reformas que Atenas debe aplicar.