El ayatolá avisa que si no se levantan las sanciones no firmará el pacto definitivo, mientras EE.UU. le advierte sobre su implicación en Yemen
10 abr 2015 . Actualizado a las 07:17 h.El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, echó ayer un jarro de agua fría sobre el acuerdo nuclear concluido hace una semana en Lausana al señalar que este no garantiza la firma de un pacto definitivo de aquí al 30 de junio. Teherán solo rubricará el acuerdo si «el mismo día» se derogan las sanciones que pesan sobre el país desde hace años.
Es su primera reacción al compromiso alcanzado por los negociadores iraníes y los del Grupo 5+1 (EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia y China y Alemania). En un mensaje dirigido a contentar al ala dura del régimen, el líder supremo señaló que no está «ni a favor ni en contra» del acuerdo. En su opinión, no hay nada que celebrar puesto que faltan por concretar los detalles. «Todo está en los detalles. La parte desleal podría querer apuñalar a Irán por la espalda en los detalles», sostuvo.
Aunque admitió que nunca fue optimista sobre la negociación con EE.UU., reconoció su total apoyo a las negociaciones y a los negociadores. Pero insistió: «Las sanciones se deben levantar el mismo día del acuerdo, no seis meses o un año más tarde». Para él, una prórroga de la fecha tope del 30 de junio no sería el fin del mundo.
Poco después del discurso televisado del ayatolá, el presidente del país, Hasán Rohaní, repitió la misma exigencia: «No firmaremos ningún acuerdo si las sanciones no son totalmente anuladas el mismo día de su aplicación».
Sobre cómo y cuándo deben levantarse las sanciones es el principal desacuerdo entre los negociadores. Washington quiere una retirada gradual, a medida que Teherán cumpla con lo acordado (reducción de reservas de uranio y centrifugadoras, control e inspecciones). Además, la suspensión de las sanciones es un proceso complejo que llevará meses. Obama puede suspender algunas, pero el grueso de ellas quedan en manos de un Congreso en manos de unos acérrimos opositores al pacto: los republicanos.
Lucha sectaria
La lucha sectaria en Yemen puede abrir una cuña entre Washington y Teherán. El ayatolá dedicó parte de su discurso a lanzar unas inusuales críticas a Arabia Saudí por su ofensiva contra los rebeldes chiíes hutíes en Yemen. Alí Jamenei no dudó en calificar la operación saudí de «genocidio» y compararla con la israelí sobre en Gaza. Vaticinó que Riad no saldrá victorioso y que Yemen será un nuevo error saudí como ya lo fue su intervención en el Líbano, Siria e Irak. Los hechos parecen corroborar ese presagio. Los hutíes siguen su avance, después de dos semanas de bombardeos árabes suníes. Ayer, apoyadas por milicias leales al expresidente yemení Alí Abdalá Saleh, tomaron la ciudad de Atak, capital de la provincia de Shabwa, y la zona aledaña, rica en petróleo.
Washington ha intensificado sus criticas a Teherán en la crisis yemení, un días después del despliegue de dos buques de guerra iraníes en el golfo de Adén. Su secretario de Estado, John Kerry, advirtió que Estados Unidos «no se quedará de brazos cruzados» si Irán se implica en el conflicto y aseguró que el acuerdo en materia nuclear alcanzado con el país persa no interferirá en su posible respuesta. Kerry señaló, siguiendo la tesis saudí, que tiene pruebas del apoyo de la república islámica a las fuerzas hutíes.