Promete más inversiones en educación y sanidad
16 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El viceprimer ministro británico y líder liberal-demócrata, Nick Clegg, se presentó ayer como el socio perfecto tanto para los conservadores como para los laboristas, ya que cree que de las elecciones del 7 de mayo «no saldrá un Gobierno en mayoría». Se erigió como freno para no «dar bandazos hacia los extremos» que representan el euroescéptico Nigel Farage o el independentista escocés Alex Salmond.
«El bipartidismo a la vieja usanza acabó en el 2010 y ahora nos vemos en la misma tesitura», dijo Clegg en el barrio londinense de Battersea, durante la presentación del manifiesto de los liberal-demócrata que definió como la única garantía de equilibrio para el Reino Unido. «Este manifiesto es un modelo para una economía fuerte y una sociedad más justa», subrayó Clegg, cuyo aliado cercano y redactor del documento David Laws, explicó que en este se establece una visión liberal creíble.
Clegg cree que la forma para conseguirlo no es otra que «dotando de corazón a los conservadores y de cerebro a los laboristas», si bien sus posibilidades de repetir como socio de gobierno no parecen muy altas. Según las últimas encuestas, conservadores y laboristas están empatados con el 34 % de lo votos para cada uno, seguidos del euroescéptico Nigel Farage, con un 14 %, frente al 9% que le dan a Clegg y el 6% que va para los Verdes. Por ello, se espera que los liberal-demócratas pierdan muchos de los 56 diputados que tenían hasta ahora.
Clegg prometió ayer 3.500 millones de euros más en educación después del 2020 para pagar a más profesores e impulsar así más oportunidades. También se comprometió a subir a unos 17.300 euros anuales el umbral de pago de impuestos sobre la renta, así como a invertir 11.000 millones de euros en el Servicio Nacional de Salud (NHS).
Cuando Clegg estaba en lo mejor del discurso, mostrándose seguro en el escenario, un corte eléctrico le jugó una mala pasada y los seguidores dejaron de oírle. Al final, solo respondió una de las preguntas de los periodistas, lo que enfadó a muchos.