Menos participación de la habitual en la manifestación de apoyo al Gobierno

Leticia Álvarez ATENAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

MARKO DJURICA | Reuters

Cerca de 4.000 personas se reunieron a las puertas del Parlamento griego 24 horas antes de la eurocumbre que mantiene al país en vilo

22 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«No necesitamos más memorandos», «La troika nos ha traído paro y pobreza», «Este país no está en venta ni puede ser chantajeado», «Venceremos» Eran algunos de los mensajes que se podían leer ayer en las pancartas desplegadas ante las puertas del Parlamento griego, en Syntagma, la ya mundialmente conocida plaza de las protestas. Cerca de 4.000 personas, menos de lo que es habitual en las manifestaciones antiausteridad griegas y bastante pocas si lo que se pretendía era trasladar un mensaje de rechazo rotundo frente a la intransigencia de los acreedores, salieron al centro de Atenas en apoyo del Gobierno y para exigir el fin de los «recortes y chantajes» 24 horas antes de la eurocumbre extraordinaria que mantiene el país en vilo.

«Esto es un grito de desesperación, no hay camino para el acuerdo, el camino es la ruptura», gritaba Evangelia Paraginpoudaki, una empleada pública. Junto a ella su marido, jubilado de banca, reprochaba a los socios europeos su actitud insolidaria con Grecia. El país sabe que el Gobierno de Tsipras ultimó ayer una nueva propuesta para reformar las pensiones, eliminar prejubilaciones y los complementos de las retribuciones más elevadas. Es una concesión más del primer ministro para salvar al país de la bancarrota, pero había mucha tensión.

«Grecia no tiene miedo a una ruptura», repetían los discursos de los representantes sindicales. Parte de los asistentes a la manifestación aseguraban, sin embargo, haber perdido la confianza en conseguir un buen acuerdo. «Acorralarán a Tsipras, ya lo sabemos», explicaba Vasila Psinnenon, militante del Partido Comunista. Aún así, aseguraba que mantendría su apoyo al Gobierno pase lo que pase. «Ha luchado y sigue luchando, Tsipras tiene todo mi apoyo y respeto».

Los griegos tienen en la memoria el corralito de Chipre en 2013 y se revuelven ante la posiblidad de que la falta de acuerdo seque la línea de financiación a los bancos. «No tenemos miedo a un corralito. Llevamos 5 años sin poder vivir, ya no tengo dinero en el banco y si tengo que pasar hambre porque no hay euros no me importa porque ya estoy al límite», confesaba una joven pedagoga de 26 años. «En Chipre la gente tenía dinero, aquí llevamos cinco años de recortes. Si hay un corralito arderá Atenas», concluía.

Los manifestantes recibieron la visita de diferentes personalidades de Syriza, en el poder, como la presidente del Parlamento Zoé Konstantopoulou, o el ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis, pero no acudieron los pesos pesados del Gobierno. Para hoy está convocada una manifestación de la oposición.