Las primarias más imprevisibles

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

LANE HICKENBOTTOM | Reuters

Estados Unidos inicia en febrero el proceso de elección de su presidente con más interrogantes que nunca

02 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El mayor espectáculo del mundo es todavía más grande esta vez. Los medios de comunicación de todo el mundo siguen paso a paso lo que ocurre en Estados Unidos y los norteamericanos dedican más espacio a las elecciones que nunca. Y si eso ha sido así antes del comienzo de las primarias, el primer paso de la elección del nuevo inquilino de la Casa Blanca, la atención sobre estas va a ser extrema. Comienzan el 1 de febrero en el estado de Iowa van a ser disputadas por quince candidatos, doce republicanos y tres demócratas. No solo las cifras son muy diferentes entre los dos partidos, también lo es, sobre todo, la situación.

Los expertos en política opinan que las encuestas nacionales previas a las primarias no dicen mucho sobre lo que va a ocurrir en estas. Eso quiere decir en realidad que nadie espera que las elecciones republicanas las gane Donald Trump, aunque va en cabeza desde que presentó su candidatura en mayo. Lo que están diciendo estos expertos es que muchas personas que ahora expresan su apoyo a multimillonario después no le votarán. La principal razón de esto es que una vez que comienzan a aparecer los resultados de las sucesivas primarias la lucha se reduce porque los votantes tienden a apoyar a los candidatos que tienen más posibilidades. Es decir, que una victoria o una buena posición impulsan otras victorias.

Esa es la razón de que todos los ojos estén puestos en las dos primeras que se celebran el 1 de febrero en Iowa y el 9 de ese mismo mes en New Hampshire. Pero tampoco ganar en los dos estados que marcan el pistoletazo de salida garantiza nada. En las últimas seis votaciones de primarias, Iowa solo ha acertado dos veces con el nominado finalmente por los republicanos y cuatro con el demócrata. Ahí y según las encuestas, que sí suelen acertar, Hillary Clinton cuenta con el 50 % del apoyo y Ted Cruz con el 30 %, seguido de Donald Trump con el 28 %.

Por el contrario, los votantes de New Hampshire sí suelen elegir al mismo que nominará cada uno de los partidos unos meses más tarde. Y en este estado el demócrata con más posibilidades es Bernie Sanders con un 47,8 % y el republicano que va a la cabeza en los sondeos es Donald Trump con el 25 %, seguido de Marco Rubio con el 13 %.

«Las invisibles»

Pero estos son solo dos de los cincuenta estados que votarán. Y lo que dice la historia política de EE.UU. es que para ver quién tiene más posibilidades de resultar finalmente vencedor en el conjunto no hay que mirar los sondeos de primarias sino lo que se conoce como «primarias invisibles» y que están formadas por los apoyos de otros miembros del partido y el dinero recaudado por cada candidato. Si lo que observamos es esto último, en el Partido Demócrata no hay la más ligera duda de quién ganara: Hillary Clinton ha obtenido el 90 % de esos apoyos. En el Partido Republicano las cosas están más divididas pero también hay un claro vencedor: Marco Rubio con el 35 %, aunque en las últimas semanas Ted Cruz se ha elevado hasta el 26 %.

Pero con todos estos datos, explicaciones y tradiciones hay un problema. Las elecciones de este año son las más raras que ha vivido EE.UU. en su historia reciente a causa de Donald Trump y su modo de hacer campaña. El multimillonario y showman ha despreciado los métodos tradicionales y se ha centrado en conseguir una presencia constante en los medios y en las redes sociales. Sus insultos y medidas polémicas, según algunos votantes, son verdades que muchos solo comentan en voz baja. Nadie sabe en realidad cómo va a funcionar esta estrategia una vez que las primarias hayan comenzado.