La Asociación del Rifle irrumpe en la batalla demócrata en apoyo de Sanders

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

JIM YOUNG | Reuters

Rubio se lleva las primarias republicanas de Puerto Rico y ya está centrado en Florida

08 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Bernie Sanders no solo salió apabullado por Hillary Clinton en el último, y particularmente duro, debate demócrata, sino que además trajo un efecto nada deseable para el socialista, el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).

La ex primera dama atacó a su rival por votar en el 2005 a favor de una ley que proporciona amplia inmunidad a los fabricantes de armas frente a posibles demandas, y el senador de Vermont defendió que dicha ley «trataba de poner fin a la fabricación de armas». «Y yo no estoy de acuerdo», zanjó, lo que le valió la felicitación de la NRA a través de Twitter: «Dio en el blanco». Un apoyo puede hacerle daño entre sus seguidores, la mayoría jóvenes contrarios a las armas.

El escenario del debate demócrata estaba cuidadosamente elegido para hacer daño a los republicanos: Flint. Esta ciudad de Míchigan, mayoritariamente negra y hundida en la pobreza desde el cierre de las fábricas de General Motors, sufre una grave crisis sanitaria desde que en el 2014 el gobernador republicano, Rick Snyder, decidió obtener el agua potable del río, contaminado con plomo, para ahorrar dinero. Clinton y Sanders atacaron a Snyder, pero sobre todo exhibieron, como nunca hasta ahora, sus diferencias ideológicas. El senador propuso su modelo de Gobierno, mucho más intervencionista, y de cambio tanto en educación como en el control de las empresas financieras. La exsecretaria de Estado defendió la continuidad con la línea de Obama.

Aunque el de Vermont arrancó con la buena noticia de su victoria en Maine, la ex primera dama, que disparó con la crisis del automóvil, logró sacarle el lado gruñón e irritable. Sanders la mandó callar dos veces, pero reaccionó mal cuando le Clinton le recordó que había votado contra el rescate de la industria del automóvil. Su escueta respuesta, «lo hice por los trabajadores», es muy posible que influya poderosamente en las primarias de hoy en dos de los principales estados industriales: Misisipi y Míchigan.

Los republicanos, que votan hoy en Misisipi, Míchigan, Idaho y Hawái, están más centrados ya en el martes próximo, en el que la contienda se traslada a Florida, donde un único ganador se lleva los 99 delegados. Marco Rubio, a pesar de su victoria del domingo en Puerto Rico, necesita imperiosamente vencer en su estado, pero Ted Cruz está haciendo un tremendo derroche para impedirlo, pero su éxito podría beneficiar a Trump. Es difícil que el beneficiario de la debilidad de Rubio en Florida sea el texano, tercero en las encuestas, pero si ganara, podría estrechar su diferencia con Trump a un margen preocupante para el neoyorquino.

Si el ganador fuera el magnate, podría evaporarse la perspectiva de una convención abierta. En ese caso, la única opción que le quedaría al aparato republicano para frenarlo sería Cruz, del que todavía muchos republicanos recelan por sus posturas ultraconservadoras, pero que poco a poco va ganando apoyos ante la debilidad de Rubio.