En una llamada telefónica de una hora ambos dirigentes rebajaron la tensión, pero reconocieron «claras diferencias» sobre el pago del muro
27 ene 2017 . Actualizado a las 21:20 h.Los presidentes de México y de Estados Unidos, Enrique Peña Nieto y Donald Trump, buscan reducir la tensión en la relación bilateral tras reconocer las diferencias de sus posiciones sobre el pago del muro fronterizo y acordaron buscar una solución.
Las divergencias entre ambos países crecieron este jueves cuando Trump le dio un ultimátum a Peña Nieto para que pague el muro fronterizo con el que quiere detener la migración ilegal, pero el presidente mexicano respondió cancelando una visita a Washington programada para el 31 de enero.
Trump y Peña Nieto «reconocieron» en una llamada telefónica de una hora efectuada este viernes sus «claras y muy públicas diferencias de posición» sobre «el pago» del muro, que Trump ha insistido que debe costear México, reportó en un comunicado la presidencia mexicana.
Comunicados diferentes
«Los mandatarios acordaron resolver estas diferencias como parte de una discusión integral de todos los aspectos de la relación bilateral. También convinieron por ahora no hablar públicamente de este controvertido tema», añadió el comunicado difundido por el gobierno de México.
Poco después, la Casa Blanca difundió un comunicado casi idéntico, solo que no mencionaba el acuerdo de no hablar en público sobre el pago del muro.
«Fue una llamada muy, muy amistosa», dijo Trump durante una conferencia de prensa conjunta en Washington con la primera ministra británica Theresa May.
Aunque también declaró que la relación comercial con México hace que los estadounidenses sean vistos como «tontos» porque el intercambio deja a Estados Unidos con un déficit de 60.000 millones de dólares al año.
«Como todos saben, México ha negociado mejor y nos ha hecho papilla gracias a nuestros anteriores presidentes. Nos hace quedar como tontos», añadió Trump.
Ese punto también fue abordado en la llamada telefónica, acordada por los equipos de ambos gobernantes. México y Estados Unidos están dispuestos a renegociar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN, en vigor desde 1994) por insistencia de Trump, y también están dispuestos a abandonar ese pacto si resultan afectados sus intereses.
Otro punto coincidente en los comunicados es que se menciona la necesidad de que ambos países «trabajen juntos para detener el tráfico de drogas y el flujo ilegal de armas».
«Impasse»
El ministro mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, había dicho este viernes que la relación bilateral de México y Estados Unidos, que comparten una frontera de más de 3.200 kilómetros, atraviesa un estado de impasse pero que tiene posibilidades de solucionarse.
La situación «es grave mientras no encontremos un mecanismo para resolverla, porque nos deja en un impasse, pero se mantiene la comunicación y eso es lo que nos da claramente posibilidades de encontrarle una solución», dijo Guajardo en una entrevista con la cadena Televisa.
Guajardo y el canciller mexicano Luis Videgaray se encontraban en Washington preparando la visita de Peña Nieto a la capital estadounidense cuando su equipo recibió la información sobre el lapidario tuit de Trump, en el que sugirió que si el gobierno de México insistía en no pagar el muro, era mejor que el presidente mexicano cancelara su visita.
El ministro de Economía confía en que Trump y su equipo terminarán dándose cuenta de que «la realidad de gobernar es mucho más compleja que una campaña».
Trump «va a tener que aceptar que hay realidades con las que tiene que funcionar», añadió Guajardo en la entrevista.
El jueves, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, empañó aún más la situación al sugerir que Estados Unidos podría financiar el muro aplicando un arancel de 20 % a la importación de productos provenientes de México.
Varias voces se han levantado a favor de que el gobierno mexicano tenga una posición más dura contra Trump, como el expresidente de México, Felipe Calderón (2006-2012), que sugirió usar la carta de seguridad interna en las negociaciones con Estados Unidos.
«En lugar de tener batallones de soldados mexicanos revisando tráileres en carreteras para ver si traen droga (...) vamos a poner a esos mismos batallones a patrullar algunas zonas y que los americanos se encarguen de la preocupación que tienen de las drogas que reciben de América Latina a través de México», propuso Calderón, artífice de la militarización de la guerra contra las drogas.