Australia quiere evitar que los pederastas viajen al extranjero en busca de víctimas
INTERNACIONAL
Pretende que las 20.000 personas condenadas por estos delitos no se unan a la industria del turismo sexual de menores, sobre todo en países pobres del sudeste asiático
30 may 2017 . Actualizado a las 18:11 h.El Gobierno australiano anunció este martes una propuesta de ley, considerada pionera en el mundo, para evitar que los pederasta registrados en el país viajen al extranjero en busca de potenciales víctimas, especialmente en Asia.
«Australia lidera el camino para proteger a los niños vulnerables en el extranjero de los pederastas. Nos aseguraremos de que los abusadores sexuales registrados no se unan a la creciente industria del turismo sexual de menores», dijo la titular de Exteriores, Julie Bishop, en una rueda de prensa en Camberra.
La propuesta contempla que un pederasta convicto registrado en las listas de los estados y territorios del país oceánico, que suman unas 20.000 personas, no salgan del país u obtengan un pasaporte australiano.
Bishop explicó que el Gobierno pretende sancionar penalmente la salida del país de un pederasta convicto sin el permiso de una «autoridad competente» y permitirá al titular de Exteriores denegar la entrega de pasaportes a estos criminales.
Se calcula que unos 800 pederastas registrados salieron del país el año pasado, casi la mitad de ellos sin cumplir la obligación de informar a las autoridades de su viaje, para aprovecharse de la industria del turismo sexual de menores, especialmente en países pobres del sudeste asiático.
«La Policía considera que la mitad de ellos corren el riesgo 'medio alto' o 'muy alto' de reincidir, y casi un 40 por ciento de ellos han sido sentenciados por delitos contra niños menores de trece años», recalcó Bishop.
El año pasado, el septuagenario australiano Robert Andrew Fiddes Ellis fue condenado a 15 años de cárcel por abusar sexualmente de once niñas, de entre 7 y 17 años, en un período de dos años en Bali (Indonesia), recordó la cadena local ABC.
Se trata de «la medida más severa jamás impuesta contra el turismo sexual de menores. Ningún país ha tomado una acción tan decisiva y fuerte para evitar que estos ciudadanos viajen, muchas veces a países vulnerables, para abusar de niños», remarcó por su lado el titular de Justicia, Michael Keenan.