Nawaz Sharif, que ocultó su fortuna a través de una empresa de su hijo en el extranjero, queda inhabilitado de por vida y no podrá concurrir a las elecciones
29 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Un año de investigaciones después de salir a la luz los papeles de Panamá, la máxima autoridad judicial pakistaní, el Tribunal Supremo, inhabilitó este viernes al primer ministro Nawaz Sharif por corrupción. Una hora después, él mismo dimitió del cargo. El jefe del Ejecutivo, un islamista moderado con amplio respaldo popular, ocultó su fortuna a través de una empresa de su hijo en el extranjero antes de concurrir a las elecciones en el 2013. No es la primera vez que investigan a Sharif y a su entorno por corrupción.
Se queda así a un año de terminar la legislatura, una hazaña que no ha logrado ningún mandatario del país desde su independencia en 1947. La reacción de Sharif, que se limitó a acatar la sentencia, aunque con «fuertes reservas», resulta tranquilizadora. El ejército, acostumbrado a tomar el poder en medio de las crisis políticas, no se pronunció tras conocerse la noticia. Sí lo hizo el fiscal general, Ashtar Ausaf Ali, que confirmó que la condena no se podía recurrir. El ahora ex primer ministro queda inhabilitado de por vida tras el fallo unánime de los cinco jueces que forman el tribunal.
El informe judicial muestra que Sharif no incluyó en su declaración de bienes los activos de una compañía de su hijo en los Emiratos Árabes, subrayando la «enorme disparidad» entre los ingresos de la familia y su nivel de vida. Además, el juzgado instó al Buró de Responsabilidad Nacional, el organismo responsable de combatir la corrupción, a demandar a Sharif junto a sus hijos Hasan, Husain y Maryam (candidata a sucederle en las elecciones del 2018), además de al marido de esta, para investigar sus propiedades en Londres y sus sociedades en paraísos fiscales.
Acostumbrado a caer
Sharif ganó tres elecciones y fue depuesto del poder en tres ocasiones. La primera, en 1993, acabó con la disolución del Parlamento. Después, en 1999, fue apartado tras un golpe de Estado. Ahora la corrupción acaba por tercera vez con su mandato. Entre medias pasó por la cárcel, por el exilio y protagonizó las primeras pruebas nucleares de Pakistán.
Tras la resolución judicial de ayer, celebrada por la oposición, el Parlamento queda en espera de un nuevo Gobierno, y la Liga Musulmana de Pakistán parte como favorita para repetir gabinete. La marcha del primer ministro acrecienta la inestabilidad de Pakistán, sumido en una crisis energética, con el terrorismo en alza y en medio de un clima de crecientes tensiones con la India, Afganistán y con EE.UU.