Los hacker rusos miran a los ultraconservadores en Estados Unidos
INTERNACIONAL
Microsoft desvela la nueva estrategia tras identificar cinco cuentas vinculadas al Kremlin que invadían servidores en EE.UU.
22 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La unidad de inteligencia militar rusa parece tener un nuevo objetivo. Los mismos actores que intentaron influir en las elecciones del 2016 para beneficiar a Donald Trump, quieren ahora atacar a los think tank conservadores que han roto públicamente con el presidente de EE.UU. y que, además, buscan más sanciones contra Moscú. Así lo hizo saber Microsoft, que reveló que un grupo de hackers vinculados con el Ejecutivo de Vladimir Putin creó dominios de Internet falsos que pretendían ir contra de dos grupos conservadores: el Instituto Hudson y el Instituto Republicano Internacional. El complot trataba de hacer creer al internauta que entraba en los enlaces oficiales de los organismos políticos, cuando en realidad estaban entrando en páginas falsas creadas por los piratas informáticos y destinadas a robar contraseñas u otro tipo de información.
Este cambio de objetivo mirando ahora a los grupos conservadores es una clara evidencia de la estrategia rusa: descomponer cualquier institución que desafíe a Moscú.
La nueva amenaza se produce tres semanas después de que Facebook eliminase 32 páginas y cuentas involucradas en actividades falsas destinadas a influir en EE.UU. El fundador de la red social Mark Zuckerberg se comprometió en mayo a impedir que la red social se usase para intervenir en las elecciones de cualquier país, tal y como ocurrió durante las presidenciales del 2016.
Nuevas sanciones
En paralelo a las nuevas revelaciones, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció ayer nuevas sanciones contra actores rusos que supuestamente trataron de eludir el castigo fijado el pasado mes de junio, «por las actividades maliciosas» cibernéticas del Kremlin. En aquel entonces, las entidades Vela-Marine y Lacno SRO, así como Marina Tsareva y Anton Nagibin vinculados a Divetechnoservices, fueron sancionados por haber provisto de sistemas de buceo a la inteligencia rusa.
Desde el pasado enero del 2017, 217 empresarios, funcionarios y compañías privadas y estatales de Rusia han sido sancionadas por la Administración Trump, Sin embargo, esto no ha reducido la inquietud de Washington, donde muchos legisladores miran de reojo los comportamientos del presidente con respecto al problema de la injerencia rusa. Es más, no es solo una inquietud demócrata. Los propios republicanos consideran que el neoyorquino suele hacer «declaraciones contradictorias» sobre Rusia. «Sin un cambio en esa forma de proceder, persistirán nuestras preocupaciones», aseguraron ayer diferentes senadores de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU.
Trump teme que la cita con Mueller pueda ser una trampa para acusarlo de perjurio
Tras meses de negociaciones entre el equipo legal de Donald Trump y el fiscal especial del Rusiagate, Robert Mueller, parece que el magnate no está dispuesto a afrontar ningún cara a cara con el investigador. Así lo ha dejado entrever en la última entrevista concedida, donde expresó su temor a que Mueller pudiese comparar sus declaraciones con las de otros testigos interrogados previamente, como podría ser el caso del exdirector del FBI cesado por Trump, James Comey. «Si digo algo y él (Comey) dice otra cosa y es mi palabra contra la suya -y él es el mejor amigo de Mueller-, entonces Mueller podría decir: ‘Bueno, creo a Comey’, incluso si yo digo la verdad», confesó el neoyorquino.
Esta posibilidad que Trump verbaliza por primera vez públicamente, es la misma que su entorno le lleva trasladando durante muchos meses, es más, su abogado y exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani lo llamó «la trampa del perjurio».
Las impresiones del presidente no dejaron de ser una opinión, porque su equipo legal sigue negociando un posible interrogatorio con Mueller, mientras el fiscal continúa investigando los vínculos entre la campaña trumpiana y el Kremlin durante las elecciones del 2016. Mueller investigaría además una posible obstrucción a la justicia por parte del presidente, quien reconoció haber despedido a Comey «por esa cosa rusa». En este sentido, nada ha ayudado al presidente su retirada de credenciales al exdirector de la CIA John Brennan, un gran crítico de Trump y sus gestiones rusas.
Negociación de Cohen
Por si esto no fuera motivo suficiente de preocupación, el exabogado del magnate Michael Cohen negocia con la Fiscalía un acuerdo para declararse culpable en el marco de una investigación por fraude fiscal y delitos bancarios. Estas pesquisas se suman a otras referentes a gestiones realizadas para Trump, incluidos presuntos pagos a la actriz porno Stormy Daniels para que guardara silencio sobre una supuesta relación con el hoy presidente de EE.UU.