López Obrador inaugura su presidencia en México con las primeras protestas en la calle

Milagros L. de Guereño LA HABANA / COLPISA

INTERNACIONAL

RODRIGO ARANGUA

Varias manifestaciones recorrieron las ciudades del país

03 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas 24 horas después de su multitudinaria toma de posesión, López Obrador se enfrentó a los sinsabores de su nuevo cargo. Bajo el lema «Por el bien de México», diversas manifestaciones recorrieron varias ciudades del país para mostrar su oposición a algunas de las decisiones del nuevo presidente como la militarización de la seguridad pública.

Precisamente ayer, el mandatario encabezó el saludo a las Fuerzas Armadas en el Campo Marte, de las que es comandante en jefe, aún con la resaca del baño de masas de la víspera cuando recibió el bastón de mando y símbolos del poder indígena. En su investidura anunció la petición al Congreso de una reforma constitucional para crear la Guardia Nacional, que integrará los tres cuerpos (tierra, mar y aire) e implica «replantear el papel de las Fuerzas Armadas ante la inoperancia de las policías federales, agrupamiento de 20.000 efectivos que carecen de disciplina, capacitación y profesionalismo que deja al ciudadano mexicano en estado de indefensión», una decisión que no ha convencido a muchos mexicanos que ayer se echaron a la calle.

La creación de la guardia nacional, que López Obrador busca comparar con la gendarmería de Francia o la guardia civil de España, requiere una reforma constitucional, aunque el izquierdista de 65 años no dijo cuándo presentará la iniciativa. El presidente ya había anunciado la medida antes de asumir el poder pese a que había sido crítico de la estrategia militar contra el crimen que lanzó en diciembre de 2006 el entonces presidente Felipe Calderón.

AMLO, apodo con el que es conocido, confía en el estamento militar por «su unidad y disciplina», su «lealtad al gobierno y su falta de ambición por el poder económico y político», porque no tiene «minorías corrompidas» y porque «no es un agrupamiento elitista». De ahí que López Obrador considere que puede «garantizar la seguridad nacional, la seguridad interior y la seguridad pública». El mandatario también anunció que el Ejecutivo dejará de ser «el poder de los poderes», que respetará la libertad sindical, que no habrá censura y que la «línea es que no hay línea, salvo la del pueblo con su voto libre y secreto».

El problema de la caravana

Otro de los problemas que hereda López Obrador es la caravana de miles de migrantes estacionada en la frontera con EE.UU. Ayer estaba previsto que se reunirán en Washington el nuevo ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, y su par estadounidense, Mike Pompeo.

Su cita coincidirá con la presentación por la secretaría de Gobernación (Interior) en Tijuana de un nuevo programa de atención a los inmigrantes centroamericanos, que involucra a los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal). Como punto principal está la revisión de los albergues y el reforzamiento de las medidas de seguridad de los migrantes en Baja California.