El antieuropeísmo de Corbyn genera la crisis más grave del laborismo desde 1980

RITA Á. TUDELA LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Luciana Berger, diputada judía, denunció también los ataques antisemitas en su partido
Luciana Berger, diputada judía, denunció también los ataques antisemitas en su partido DANIEL LEAL-OLIVAS | AFP

Los escindidos no descartan crear un nuevo partido y piden que otros políticos se unan

19 feb 2019 . Actualizado a las 08:03 h.

Amenazaban con hacerlo desde hace tiempo y ayer finalmente se fueron. Siete diputados abandonaron el Partido Laborista para constituirse como grupo parlamentario independiente, quebrando el liderazgo del cuestionado Jeremy Corbyn por sus posturas antieuropeístas, su negativa a pedir un segundo referendo y los abusos antisemitas en la vida interna del partido.

Al frente del grupo se sitúa Chuka Umunna, en su día señalado como posible líder laborista, que descarta crear por ahora un nuevo partido. Son diputados más identificados con los gobiernos de Tony Blair o Gordon Brown, que con el proyecto político que defiende Corbyn. Los disidentes lanzaron un mordaz ataque al líder laborista, al que acusaron de traicionar a sus miembros con el brexit y ser «institucionalmente racista».

Esta escisión es la más importante en el Partido Laborista desde que la apodada como «banda de los cuatro» abandonase la formación en 1981 para formar el Partido Socialdemócrata (SDP).

Umunna dijo que estaban dando el primer paso para formar un nuevo movimiento, llamando a políticos de otros partidos a unirse a ellos. Pese a que casi treinta laboristas votaron contra el criterio de Corbyn en las mociones más proeuropeas, no se espera que se unan más a la iniciativa disidente, ya que el sistema electoral británico hace casi imposible que consigan representación y favorece a las formaciones ya establecidas.

También se especula con que varios políticos conservadores están considerando un movimiento similar debido a las discrepancias con Theresa May. No en vano, Umunna ha tenido una estrecha colaboración con diputadas como Anna Soubry, Heidi Allen y Sarah Wollaston, pero los diputados son sabedores de que sus discrepancias sobre el brexit no siempre reflejan la opinión de los votantes de las circunscripciones que representan.

De momento, tendrán su primera reunión formal en los próximos días para asignar papeles y responsabilidades. Para Umunna, los partidos establecidos «no pueden ser el cambio porque se han convertido en el problema», poniendo sus intereses por encima del de los británicos: «Es el momento de abandonar las políticas anticuadas de este país y crear una alternativa».

Ataques racistas

Otra de las figuras más importantes del grupo escindido, Luciana Berger, diputada por Liverpool Wavertree, describió la salida como «una decisión difícil y dolorosa, pero necesaria» para todos ellos, antes de criticar al laborismo por volverse «enfermizo e institucionalmente racista». De hecho, esta diputada judía, que fue objeto de ataques antisemitas, reconoció que se había sentido «avergonzada por la falta de respuesta» de su partido.

El alcalde de la capital británica exige otro referendo «para resolver el lío» del divorcio La salida de los siete diputados fue vista con una mezcla de tristeza y enfado entre sus colegas. Corbyn, cuya limitación para ganar a May en caso de elecciones queda patente en las últimas encuestas y en quien solo uno de cada cinco británicos confía para superar el brexit, se mostró «decepcionado», sin entrar en más explicaciones. El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, reconoció que la única manera de «resolver el lío» del brexit es dar a los británicos la última palabra, pero pese a sus desavenencias con Corbyn, descartó irse del partido.