Prohíbe las transacciones y embarga todas las propiedades venezolanas en el país. Quedan exentas la comida, medicinas o ropa destinadas a paliar la crisis humanitaria
06 ago 2019 . Actualizado a las 20:44 h.El Fondo Monetario Internacional estimó la semana pasada que la economía venezolana se contraerá un 35 % al final de este año, a la que le auguraba una inflación de un 1.000.000%. Un pronóstico catastrófico que la institución deba quizá actualizar a peor después de la orden ejecutiva firmada la madrugada del martes por el presidente norteamericano, Donald Trump.
Estados Unidos congela todos los activos del Gobierno de Venezuela en el país, impide la entrada en territorio estadounidense de las personas sancionadas e igualmente castiga cualquier tipo de transacción comercial con una entidad pública venezolana. Quedan exentas comida, ropa o medicinas destinadas a paliar la crisis humanitaria. Una vuelta de tuerca más en el intento de ahogar la presidencia de Nicolás Maduro y lograr que ceda el testigo a Juan Guaidó, considerado el líder legítimo por Estados Unidos y otros 54 países del mundo.
En un comunicado emitido ayer, la Casa Blanca «denuncia a la dictadura de Maduro por sus continuados y flagrantes abusos de los derechos humanos y por su represión» e insiste en su apoyo al «valiente pueblo de Venezuela» en su lucha por liberarse «de los horrores del socialismo, que ha devastado al que fue un gran país». La orden ejecutiva, según detalla el texto, «apunta directamente contra aquellos que debilitan tanto a la Asamblea Nacional de Venezuela, elegida de forma democrática, como al presidente interino Juan Guaidó».
Una vez más, la Administración Trump insiste en que «todas las opciones están sobre la mesa», por lo que sigue sin descartar la que, hasta hoy, se ha mostrado como una improbable intervención militar de Estados Unidos.
Venezuela entra así en una lista que comparte con Corea del Norte, Irán, Siria y Cuba, los únicos países del mundo sometidos a sanciones similares por parte de EE.UU. Aunque hay quien valora la decisión como una especie de embargo a la cubana, lo cierto es que, en teoría, la orden ejecutiva no impide el comercio con entidades privadas del país. Richard Nephew, antiguo funcionario del Departamento de Estado, apuntaba a The New York Times que «no es un embargo» al negar solo las transacciones con el Gobierno. En su opinión, es incluso «dudoso» que todavía quede alguna relación comercial con este sector que pueda verse afectada por la medida. Otros economistas, sin embargo, apuntan a que ésta afectará también al sector privado al disuadir a las instituciones financieras de involucrarse con este país.
Sanciones que afectan a terceros
El nuevo paquete aprobado entra en la categoría de lo que se denominan «sanciones secundarias», dado que afectan a terceras partes. En este caso, a aquellas empresas o particulares involucradas en negocios con el sector público venezolano. Benjamin Gedan, asesor sobre América Latina de la Administración Obama, señalaba a The Wall Street Journal que la acción de Washington podría privarle al Gobierno de Maduro de los ingresos del petróleo «que necesita de forma tan desesperada».
Eso sí, advertía de que «no está claro que los aliados de Venezuela cumplan con estas sanciones secundarias». Entre esos socios, Irán, Cuba, China y Rusia. Estos dos últimos países importan petróleo venezolano que le sirve al Gobierno para pagar las deudas contraídas con ellos.
Lo que no aclara la Administración Trump es cómo la orden ejecutiva puede afectar a petroleras estadounidenses como Chevron, que siguen haciendo negocio con la venezolana PDVSA. De hecho, en julio el Departamento del Tesoro extendió por tres meses la licencia para que Chevron y otras cuatro compañías de Estados Unidos puedan permanecer en Venezuela.