La UE dice no al «brexit» de Boris Johnson

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente del Consejo, Donald Tusk, respondió a la carta de Johnson, en la que pedía a la UE, por primera vez oficialmente desde que está al frente del Gobierno, llegar a un acuerdo que no contemple la salvaguarda irlandesa.
El presidente del Consejo, Donald Tusk, respondió a la carta de Johnson, en la que pedía a la UE, por primera vez oficialmente desde que está al frente del Gobierno, llegar a un acuerdo que no contemple la salvaguarda irlandesa. Dario Pignatelli / Europa press

El primer ministro británico pide eliminar la salvaguarda irlandesa, a la que califica de antidemocrática

21 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Boris Johnson intentó este martes de nuevo tensar la cuerda de la negociación del brexit, pidiendo eliminar la «salvaguarda irlandesa» y que Bruselas se vuelva a sentar a negociar el acuerdo de salida de la Unión Europea. Sin embargo, la respuesta que se encontró fue un rotundo no, además de ser acusado de no ofrecer «alternativas realistas» para evitar una frontera dura entre el norte y el sur de Irlanda.

«La salvaguarda es un seguro para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda, al menos hasta que se encuentre una alternativa. Aquellos que están en contra de la salvaguarda y que no proponen alternativas realistas apoyan de hecho el restablecimiento de una frontera. Incluso si no lo admiten», declaró en Twitter el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

La salvaguarda irlandesa o backstop ha sido el gran escollo de las negociaciones del brexit durante los últimos meses, y sigue siendo objeto de dimes y diretes entre Londres y Bruselas sin llegar a ninguna solución. El nuevo primer ministro dio un paso más y pidió oficialmente por carta a los Veintisiete su retirada de la mesa, pero solo se encontró con el rechazo.

En la misiva, Johnson tilda una vez más al backstop de «antidemocrática e inconsistente» con la soberanía de Reino Unido, además de considerar que debilita «el delicado equilibrio» del Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin al conflicto norirlandés entre las décadas de los sesenta y los noventa. Por último, considera que es «incoherente» con el deseo de Londres de tener una «relación sostenible a largo plazo» con la UE.

Por su parte, la Comisión Europea criticó la falta de planes concretos en el Gobierno que lidera Johnson para reemplazarla y lograr una salida ordenada a través de una solución legal, que no creen que facilite el escrito enviado por el nuevo primer ministro, pues no detalla otros acuerdos alternativos. Desde Bruselas tienen claro que por el momento la salvaguarda irlandesa es la única solución a la que han llegado las dos partes para evitar que se vuelva a introducir una frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, por lo que tiene que mantenerse.

Así las cosas, Johnson viajará este miércoles a Berlín para reunirse con la canciller Angela Merkel y mañana a París, para dialogar con el presidente francés, Emmanuel Macron, antes de la cumbre del G7. Pero la respuesta de Downing Street a la UE fue enrocarse en que a menos que se vuelva a abrir la negociación del acuerdo y se elimine la polémica salvaguarda no hay perspectivas de llegar a un acuerdo para el próximo 31 de octubre.

A ello hay que añadir el anuncio de que los funcionarios británicos dejarán de asistir a la mitad de las reuniones de la UE a partir del 1 de septiembre para centrarse en la preparación de la salida y conseguir nuevos acuerdos comerciales. El departamento británico encargado de la salida de la UE confirmó que irán a reuniones con importancia para el interés nacional, como las de seguridad, finanzas y relaciones internacionales, y defiende que así también les permitirá centrarse en «sus prioridades nacionales inmediatas».