Erdogan seguirá con su ofensiva y rechaza el alto del fuego que le exige EE.UU.

Alicia Medina BEIRUT / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Combatiente sirio proturcos en el frente de Tal Abiad
Combatiente sirio proturcos en el frente de Tal Abiad SEDAT SUNA | Efe

El presidente turco se reunirá con Pence y Pompeo, pero no ve apropiado que medien entre Turquía y «un grupo terrorista»

16 oct 2019 . Actualizado a las 22:05 h.

Una semana de ofensiva turca en el norte de Siria ha trastocado años de alianzas. Tanto Moscú como Washington tratan de salvar sus relaciones diplomáticas con un Recep Tayyip Erdogan determinado a continuar la operación militar contra las fuerzas kurdas. El presidente turco recibirá finalmente este jueves a la delegación estadounidense encabezada por el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado, Mike Pompeo, que llegan para negociar un alto el fuego.

Se retractaba así de su previo rechazo a reunirse con ellos, porque «no son mis homólogos», y de tachar de «inapropiada» la mediación de EE.UU. entre «la República turca y una organización terrorista», en referencia a las milicias kurdosirias YPG, que considera el brazo del PKK en Siria. Pero no está dispuesto a un alto el fuego, ya que solo detendrá la operación «si los terroristas se desarman y repliegan a más de 30 kilómetros de la frontera».

Erdogan declaró que le cuesta seguir los cambios de opinión en Twitter de Donald Trump, en referencia a la imposición de sanciones económicas a Turquía, después de haber dado luz verde a la ofensiva. No le falta razón. En una rueda de prensa en la Casa Blanca con su homólogo italiano, el presidente de EE.UU. torpedeó la misión de Pence y Pompeo, al distanciarse del conflicto entre turcos y sus exaliados kurdos —«no es nuestro problema», afirmó— y defender una vez más la retirada de las tropas estadounidenses. A su juicio, «los kurdos están mucho más seguros ahora. Ellos saben cómo luchar. No son ángeles». Eso no evitó un guiño a Turquía, al arremeter contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al decir que «es probablemente una mayor amenaza terrorista que el Estado Islámico».

Los dramáticos cambios de postura de Trump han favorecido al presidente ruso, Vladimir Putin, cuyas tropas ocupan el vacío dejado por las de EE.UU. tras llegar a un acuerdo con las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).

Tras una conversación telefónica la noche del martes entre Putin y Erdogan, el Kremlin declaró que «respeta el derecho de Turquía a tomar medidas para garantizar su seguridad» en su frontera, aunque le pide mesura. Antes de final de mes, Erdogan se reunirá con Putin en Moscú para articular los medios que eviten que las fuerzas sirias y turcas «entren en conflicto».

Tras las desavenencias con sus socios de la OTAN, Erdogan no puede permitirse un conflicto abierto con Bacha al Asad, y por ende, Moscú. Por ello, a pesar de haber apoyado el bando opositor desde el inicio del conflicto, Erdogan señaló ayer que el hecho de que «el régimen [de Al Asad] entre en Manjib no es negativo (…) lo que me importa es que la organizaciones terrorista no permanezca allí», en referencia a las YPG, columna vertebral de las FDS. «Hasta que los 350 km de frontera no estén libres de combatientes kurdos, no hay potencia que pueda pararnos», sentenció.

El plan de Erdogan de crear una «zona segura» donde enviar a un millón de los refugiados sirios que acoge Turquía, ha tenido el efecto contrario: desplazando a más de 200.000 personas, 70.000 de ellos menores, según Unicef. La situación es muy precaria dado que la mayoría de oenegés humanitarias han evacuado la zona por la falta de seguridad.

Los desplazados huyen de los combates que continúan focalizados en la frontera, entre las ciudades de Tal al Abiad y Ras al Ain, aunque según varias fuentes, también se han registrado bombardeos más en el interior (Tal Temer), al este (Ain Diwar) y en el oeste cerca de Kobani. Según el acuerdo entre las FDS y Damasco, al que ha tenido acceso la periodista Jenan Moussa, el Ejército sirio por ahora no se va a desplegar en la zona de combate más intensa (Tal al Abiad, Ras al Ain), pero sí en el resto del norte de Siria.

La agencia estatal siria Sana  informó de que el Ejército sirio se desplegó también en otras tres localidades situadas al noroeste de la ciudad de Tel Temer, en el norte de la provincia de Hasaka. A última hora de la tarde los blindados sirios alcanzaron el centro de Kobani, la ciudad kurda situada en plena frontera que en el 2015 sufrió un cerco del Estado Islámico.