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El bloqueo de los manifestantes impide sesionar al Parlamento libanés

Alicia Medina BEIRUT / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Varios manifestantes se enfrentan a los agentes de policía mientras tratan de traspasar la concertina que los separa para dirigirse hacia el Parlamento
Varios manifestantes se enfrentan a los agentes de policía mientras tratan de traspasar la concertina que los separa para dirigirse hacia el Parlamento WAEL HAMZEH | Efe

Las protestas impidieron una sesión parlamentaria en la que se iba a votar la cuestionada ley de amnistía general

19 nov 2019 . Actualizado a las 17:31 h.

Pocos diputados se atrevieron a cruzar la marea de manifestantes que bloqueaban los accesos al Parlamento libanés este martes. Centenares de libaneses, vigilados por un fuerte dispositivo de seguridad, lograron que el secretario del Legislativo pospusiera por «falta de cuórum» —como ya ocurrió la semana anterior— la sesión parlamentaria. En la agenda del día estaba prevista la tramitación de varias leyes, entre ellas una contra la corrupción y la de amnistía general.

Diana Kallas, asesora del colectivo Kulluna Irada, tilda las medidas de «populistas» y un «intento de hacer ver que están actuando contra la corrupción». Kallas considera que la clave para luchar contra la corrupción es una ley de independencia del sistema judicial que lleva dos años en los cajones. Para la asesora, la prioridad del Parlamento debería ser votar un nuevo Gobierno al que se otorgue poderes extraordinarios para tomar «medidas para controlar la crisis financiera».

«Es una victoria, pero no es suficiente, estaremos en la calle hasta que obtengamos un Gobierno que nos represente», afirmó la manifestante Sibile, de 44 años, tras conocer la cancelación de la sesión.

Desde la dimisión del Gobierno de Saad Hariri, los manifestantes presionan para que tecnocrátas independientes formen un Gobierno transitorio. La semana pasada sonó el nombre de Mohamad Safadi como nuevo primer ministro transitorio. La candidatura de Safadi, exministro de 75 años salpicado por diversos casos de corrupción, fue recibida con ira en la calle y parece que su nombre ya no está sobre la mesa.

Amnistía ¿para quién?

La ley más polémica que el Parlamento tenía previsto tramitar este martes es la de amnistía general. Esta ley pondría en libertad a 3.500 presos, 200 de ellos condenados por terrorismo, y cancelaría 58.000 órdenes de arresto a fugitivos, según un dósier informativo elaborado por abogados independientes.

Kallas explica que el borrador de la ley es «inconstitucional»: «Afecta a la supremacía del Derecho, uno no puede de repente decir que se perdonan todas las infracciones».

La ley de amnistía excluye algunos delitos, como el de malversación, pero no así otros financieros. «Esta ley nos pone en la tesitura de amnistiar todo tipo de delitos financieros y fiscales», alerta Kallas.

La amnistía es un guiño a ciertos sectores populares que desde hace años piden una amnistía para los condenados por infracciones menores o delitos relacionados con drogas. «Hay muchos detenidos que no han tenido juicio y llevan tiempo en detención preventiva, por lo que consideran que son víctimas de una injusticia y piden la amnistía», explica Kallas. Pero el borrador no solo va dirigido a esos delitos menores.

Frente al alambre de espino que bloquea el acceso al Parlamento, la manifestante Sibil resume: «Quieren votar una ley que les exima de los delitos que ya han cometido y los que aún no conocemos, pero que descubriremos pronto». Pide que los políticos sean juzgados y devuelvan el dinero robado, «así podremos reconstruir un país que han arruinado».