El Supremo ordena investigar a Bolsonaro tras las acusaciones del exministro Moro

Héctor Estepa
Héctor Estepa BOGOTA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Bolsonaro, en el palacio de Planalto, sede del Gobierno
Bolsonaro, en el palacio de Planalto, sede del Gobierno Europa Press

La investigación podrían acabar en un juicio político contra el presidente o en una acusación de falso testimonio contra el extitular de Justicia

29 abr 2020 . Actualizado a las 10:22 h.

Continúa la crisis política en Brasil. Celso de Mello, magistrado del Supremo Tribunal Federal, ordenó el lunes una investigación sobre las acusaciones lanzadas por el exministro Sergio Moro contra el presidente, Jair Bolsonaro, que podría afrontar cargos como prevaricación, falsedad ideológica, obstrucción a la justicia y coacción.

Moro, exjuez de Lava Jato, el mayor caso de corrupción en la historia de Brasil, y que envió a prisión a algunos de los empresarios y políticos más importantes del país, como Marcelo Odebrecht o el expresidente Lula da Silva, dimitió de su cargo como ministro de Justicia el pasado jueves, después de que Bolsonaro destituyera al director de la Policía Federal (PF), un cercano colaborador del exmagistrado.

Moro denunció tentativas de «injerencia política» del presidente en el cuerpo policial, algo negado por el mandatario. El juez De Mello cree que los supuestos crímenes parecen tener «íntima conexión con el ejercicio del mandato presidencial», extremo que permite investigar a Bolsonaro.

El magistrado del Supremo dio así su aval al requerimiento realizado el pasado viernes por el fiscal general de la República, Augusto Aras. Ese mismo funcionario será el receptor, en un plazo no superior a 60 días, de las conclusiones policiales de las pesquisas, que podrían acabar en un juicio político contra Bolsonaro o en una acusación de falso testimonio contra Moro.

Un exescolta de la familia, para dirigir la Policía Federal

La Policía Federal, que será la encargada de llevar a cabo la investigación, tiene, desde este martes, un nuevo director, que además es una persona de la máxima confianza de la familia Bolsonaro. Alexandre Ramagen, nombrado anteriormente por el presidente como jefe de Inteligencia, liderará ahora el cuerpo policial. Trabajó en la investigación del Lava Jato en Río de Janeiro, y ha coordinado la seguridad en eventos como el Mundial 2014, pero es más conocido por haber sido líder de escoltas de la familia Bolsonaro durante la campaña electoral del 2018.

Su cercanía con el clan es tal, que fue fotografiado junto a Carlos, hijo del presidente, en la celebración de Nochevieja del 2019, en la víspera de la investidura presidencial. El vástago de Bolsonaro ha sido señalado por la prensa por haber creado una supuesta factoría de fake news, y su hermano Flavio es objeto de una investigación oficial por la supuesta confiscación ilegal de una porción de los sueldos de sus colaboradores cuando era concejal en Río de Janeiro.

Joice Hasselman, exlíder de la Administración Bolsonaro en el Congreso, y biógrafa de Moro, denunció en CNN Brasil haber sido testigo del funcionamiento de esa ‘factoría del odio’ y dijo que el presidente habría intentado colocar a «uno de los suyos» en la policía. «Flavio Bolsonaro es investigado, él quiere alguien que blinde a su hijo», señaló la política del Partido Social Liberal, con el que el presidente rompió en noviembre.

Bolsonaro se defendió argumentando que la ley permite que la policía federal e Inteligencia alimenten con informaciones al presidente para la toma de decisiones estratégicas «Una cosa es pedir información sobre investigaciones confidenciales en curso [lo que nunca ha sucedido] y otra cosa es tener acceso al conocimiento de inteligencia producido bajo la ley [que siempre ha sido difícil para mí]», escribió en Twitter.

El presidente nombró también este martes al sustituto de Moro en el Gobierno. André de Almeida Mendonça, pastor presbiteriano, y hasta ahora líder de la Oficina de la Abogacía del Estado, se convertirá en el nuevo ministro de Justicia y de Seguridad Pública. Su nombramiento contaría con el apoyo del ala militar del Ejecutivo, muy influyente, y también del líder del Supremo.