David Adle, coordinador general de la Internacional Progresista: «Estamos perdiendo por nuestra desorganización»
INTERNACIONAL
Asegura que el objetivo del colectivo es hacer de la solidaridad más que un eslogan
14 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El economista político nacido en Los Ángeles, actualmente residente en Florencia, especializado en los movimientos internacionalistas, David R. K. Adler es el coordinador general de la Internacional Progresista.
-¿Cuáles son los objetivos de la Internacional Progresista?
-El objetivo de la Internacional Progresista es simple: hacer de la solidaridad más que un eslogan. Vivimos en un momento histórico muy particular, en el que hay una conciencia masiva de la escala planetaria de nuestros desafíos, en salud, en clima, en capitalismo, pero muy poca organización internacional para abordarlos. La Internacional Progresista fue fundada para llenar ese vacío.
Nuestro objetivo no es una forma genérica de «unidad». Es organización: organización que apunta a las empresas transnacionales que socavan las normas laborales y destruyen el medio ambiente; organización para desafiar a las instituciones internacionales como el FMI que extraen riqueza mientras demandan «ajustes estructurales»; organización para combatir un creciente fascismo, y aprender de las tácticas que se han desarrollado en todos los rincones del mundo para hacerlo.
-¿Ha nacido para dar réplica a plataformas de la derecha populista como la de Steve Bannon?
-La Internacional Progresista tiene como objetivo luchar contra las fuerzas gemelas del nacionalismo y el neoliberalismo, que cada vez está más organizado a nivel internacional. Por un lado, está el Foro de Davos: los súper ricos que se reúnen cada año en Suiza para intercambiar contactos, fondos, recursos y tácticas y difundir sus ideas a todos los rincones del mundo. Al otro lado, encontramos a la Internacional Nacionalista: los líderes neofascistas que proliferan de Brasil a la India para avanzar en una agenda de intolerancia, odio, exclusión y violencia contra los vulnerables. Son gemelos porque bailan juntos. Los neoliberales encienden el resentimiento de los nacionalistas; los nacionalistas, a su vez, permiten a los neoliberales presentarse como adultos racionales. Con el tiempo, sin embargo, estas fuerzas gemelas se están transformando en una: un vehículo de explotación capitalista radicalizada que amenaza con volver al mundo contra sí mismo y a las personas contra su planeta. Para contrarrestar esta fuerza transnacional y establecer una nueva visión de un internacionalismo socialista que sea tan radical como honesto, decente e igualitario, nace la Internacional Progresista.
-¿Está perdiendo la izquierda la batalla de las ideas frente a las que representan dichas fuerzas?
-Las ideas importan, y la derecha lo sabe. Durante el último medio siglo, ha invertido mucho en la transmisión y difusión de su ideología, a través de think tanks y organizaciones de investigación, así como de la televisión y los periódicos. El resultado es un fuerte control sobre la narrativa política. Pero no debemos olvidar que está estrechamente relacionado con la propiedad de los medios de comunicación y la gran riqueza que impulsa su adquisición por parte de la oligarquía internacional. En otras palabras, no estamos intercambiando en un mercado de ideas. No estamos perdiendo por la fuerza o la debilidad de una ideología. Estamos perdiendo debido a nuestra desorganización, a nuestra incapacidad de invertir en nuestras propias instituciones y transmitir nuestros propios mensajes a todos los rincones del mundo.
-¿Se puede revertir la situación?
-Revertir el daño ideológico de la era neoliberal requerirá revertir este desequilibrio en recursos, inversión y organización, y tomar en serio las ideas en pos de un futuro socialista e internacionalista.