Los países bálticos vetan a Lukashenko

Karen Pinto Garzón MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Una mujer yace en el suelo y sostiene el cartel «No tengo miedo» frente a la policía durante la manifestación del domingo en Minsk
Una mujer yace en el suelo y sostiene el cartel «No tengo miedo» frente a la policía durante la manifestación del domingo en Minsk Efe

Letonia, Lituania y Estonia declaran «persona no grata» al presidente bielorruso y a otros 29 cargos de su Gobierno por apoyar la «represión" y el «fraude» electoral

01 sep 2020 . Actualizado a las 11:42 h.

Las elecciones del pasado 9 de agosto en Bielorrusia y la posterior actitud del presidente electro, Alexánder Lukashenko, continúan generando una repulsa internacional cada vez más sólida. La represión del Gobierno hacia los manifestantes que protestan de manera cotidiana llevó este lunes a los países bálticos -Letonia, Lituania y Estonia- a declararle como «persona no grata», y prohibieron su ingreso en esta región, y el de otros 29 funcionarios bielorrusos, de forma indefinida.

El presidente estonio, Urmas Reinsalu, señaló que con la decisión de poner en su lista negra al mandatario y a otros dirigentes, que trabajan sobre todo en la comisión electoral, ministerios y fuerzas del orden, «demuestran estar abordando con la mayor seriedad las violaciones a los derechos humanos en Bielorrusia». Bajo esa misma premisa de que una acción vale más que mil palabras, también se pronunció el ministro de Exteriores lituano, Linas Linkevicius, pues su mensaje es que «no solo hay que emitir declaraciones, hay que tomar medidas concretas».

Aunque las tres repúblicas creen que el principal responsable de la brutal represión a la que se somete a los manifestantes es Lukashenko, consideran que el resto de cargos son responsables de «organizar y apoyar la falsificación de las elecciones», así como «de apoyar la represión violenta de las manifestaciones pacíficas» convocadas tras los comicios presidenciales, según el Ministerio de Exteriores letón.

Los tres Estados, además, instan a la Unión Europea a que siga su ejemplo para sancionar de alguna forma al Gobierno de Lukashenko. La UE ya está trabajando en su propia lista de posibles sancionados que incluye a una veintena de funcionarios bielorrusos, aunque todavía no está claro si en ella aparecerá Lukanshenko por evitar conflictos con el Ejecutivo ruso. También la Unión prevé definir prohibiciones para su acceso a los países comunitarios y el bloqueo de activos, pero todavía se necesita la aprobación de los 27 Estados miembros. Polonia también apoya abiertamente a los manifestantes. De hecho, el primer ministro, Mateusz Morawiecki, reiteró ayer su respaldo a quienes considera como sus «hermanos bielorrusos». «Estamos con vosotros. La solidaridad polaca está con vosotros», dijo.

Apoyo del Kremlin

La decisión de los países bálticos no le ha hecho ninguna gracia a Bielorrusia. El mismo lunes se pronunció el portavoz del Ministerio de Exteriores, Anatoli Glaz, quien dijo que Minsk «se verá obligada a tomar medidas adecuadas contra los promotores de tales iniciativas». En otras palabras, las autoridades estarían dispuestas a emitir sanciones de represalia contra dirigentes estonios, lituanos y letones. Glaz considera las opiniones de los tres países vecinos como «importantes», pero las tacha de «precipitadas».

A pesar de que la condena internacional hacia la represión ocasionada por el Gobierno bielorruso es evidente, Rusia se mantiene inmune. La semana pasada, el Kremlin anunció el establecimiento de una fuerza de reserva capaz de intervenir en Bielorrusia, aunque no veía la necesidad de hacerlo. El portavoz ruso, Dimitry Peskov, remarcó esa idea al insistir en unas declaraciones ante los medios de comunicación en que Moscú aún no tiene razones para actuar. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha invitado a su homólogo bielorruso a visitar Moscú para abordar el conflicto.

Como primer paso, los ministros de Exteriores de ambos países se reunirán este miércoles en la capital rusa. En vísperas del encuentro, Estados Unidos llamó el lunes a Rusia a «respetar la soberanía de Bielorrusia y el derecho de su propio pueblo a elegir a sus propios líderes de manera libre y justa», según declaró la portavoz de la Casa Blanca.