Los aliados aceleran las evacuaciones con el aeropuerto de Kabul sellado por los talibanes
INTERNACIONAL
Más de 20.000 personas abandonaron Afganistán en las últimas 24 horas
25 ago 2021 . Actualizado a las 21:36 h.Las palabras de los talibanes se convirtieron en hechos y levantaron un puesto de control a cinco kilómetros del aeropuerto internacional Hamid Karzai que solo se puede superar con un pasaporte o un visado extranjero. La negativa de los islamistas a aceptar una prórroga de la presencia de las tropas estadounidenses en el país obligó a acelerar el ritmo de la evacuación y en las últimas 24 horas abandonaron la nación otras 20.000 personas. Los aliados se preparan para adelantar su salida del país y asumen que sin Estados Unidos no podrán prolongar sus planes de evacuación más allá del 31 de agosto.
El portavoz talibán, Suhail Shahin, llamó a la calma a los afganos que quieran abandonar el Emirato y les garantizó que pasado el 31 de agosto «habrá vuelos comerciales en los que podrán salir aquellos que tengan la documentación en regla».
Shahin insistió en la importancia de la salida de las tropas extranjeras y sugirió que, para recuperar lo antes la normalidad, «deberían retirarse antes del límite». El repliegue ya está en marcha y el Pentágono avanzó que algunos de sus hombres ya habían salido del país. Los talibanes no quieren estadounidenses pero, según revelaron fuentes turcas a la agencia Reuters, habrían pedido «ayuda técnica» a Ankara para poner en funcionamiento el aeropuerto a partir del día 31. Estas mismas fuentes confesaron que «asegurar la seguridad de nuestros trabajadores sin presencia de las Fuerzas Armadas nos parece muy arriesgado».
Después de dos días de espera a las puertas del aeropuerto, N, colaborador de España en los últimos años, y su familia se encontraron con este puesto de control que ahora les impide el acceso y teme que «pronto el cierre sea total, que no se permita ni siquiera salir a quienes tenemos documentos concedidos por extranjeros». Esperan de forma desesperada alguna coordinación entre las fuerzas españolas y los talibanes para poder llegar hasta las pistas.
Llega la sharia
El foco mundial de atención es el aeropuerto, pero fuera de ese espacio el poder del Emirato se asienta y la sharia (ley islámica) se establece como forma de gobierno. El caos que rodea a la evacuación se convierte en una aparente calma en el centro de Kabul donde la vida sigue tras el cambio de régimen y los que se quedan tienen que aprender a vivir bajo las nuevas reglas. El portavoz de los insurgentes, Zabihullah Mujahid, llamó a las mujeres a permanecer sin salir de casa «hasta nueva orden». El motivo de esta decisión «temporal» es por «la preocupación de que nuestras fuerzas, aun no muy bien entrenadas, puedan maltratar a las mujeres. No queremos que nuestras fuerzas, Dios no lo quiera, dañen o acosen a las mujeres».
Esta medida alienta los fantasmas del primer Emirato de finales de los noventa, cuando las mujeres tenían muy restringidas las salidas.
Otra de las decisiones adoptadas por las nuevas autoridades fue prohibir las transferencias de dólares al extranjero. Esta medida intenta amortiguar el impacto que supone la decisión de Estados Unidos de no permitir el acceso de los talibanes a las reservas de banco central que en su mayor parte se encuentran en territorio estadounidense. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional anunciaron la suspensión de ayudas y créditos a Afganistán, una medida preventiva a la espera de conocer la política del nuevo Gobierno. Después de más de una semana de cierre, los bancos reabrieron sus puertas y se formaron largas colas en las calles de la capital para poder obtener dinero en metálico.
Crisis humanitaria
El país se asoma a una nueva crisis humanitaria y Unicef alertó de la grave situación a la que se enfrentan, en especial, los menores.
«Alrededor de diez millones de niños y niñas en todo Afganistán necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Se calcula que un millón de niños sufrirán desnutrición aguda grave a lo largo de este año y podrían morir si no reciben tratamiento. Se calcula que 4,2 millones de niños están sin escolarizar, entre ellos más de 2,2 millones de niñas», apuntó la directora ejecutiva del organismo internacional, Henrietta Fore. Desde el Programa Mundial de Alimentos lanzaron una petición de 170 millones de euros para ayuda alimentaria y recordaron que uno de cada tres afganos vive en situación de inseguridad alimentaria debido a los largos años de «conflicto, sequía y deterioro económico, todo ello agravado desde la llegada del coronavirus».